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Albañil, oficio de riesgo y aguante

BENITO JUÁREZ, QUINTANA ROO.- Mal pagados, timados, y hasta despedidos injustamente por accidentarse en su trabajo, se encuentran miles de alarifes en el municipio de Benito Juárez, quienes en la mayoría de las veces aceptan este tipo de prácticas abusivas de contratistas o de empresas para poder obtener algo de dinero para mantener a sus familias.
El 90% de los accidentes laborales en la industria de la construcción no se informan a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), debido a que los encargados de las obras prefieren darle una pequeña indemnización y correr al albañil, que hacerse cargo de sus gastos médicos, para no ser sancionados por las autoridades.
Estadísticas del Sindicato de Trabajadores, Obreros y empleados de la industria de la Construcción (Sitec) destaca que sólo dos de cada 10 alarifes, que trabajan con contratistas, ingenieros o arquitectos reciben un seguro temporal hasta por 30 días del IMSS.
TRABAJO SEGURO, PERO POCA LA PAGA
En la albañilería hay dos vertientes de trabajo, los que laboran por su cuenta y los que tienen un empleo regular con alguna empresa o profesional de la construcción (arquitectos o ingenieros), aunque esto tampoco les garantiza tener ocupación segura durante todo el año.
Raúl Mendoza Caamal, maestro albañil que labora en una construcción en la avenida Fonatur, comentó que tiene un poco de trabajo, porque colabora para dos contratistas y eso le permite mantener una ocupación constante.
“Por eso no nos quedamos sin trabajo, muchos nos preguntan si tenemos chamba, pero les decimos que no, porque eso reduce el tiempo de la obra y nos quedamos sin nada”, comentó.
Aseguró que el tiempo de bonanza de obra en Cancún ya pasó, y que ahora son más remodelaciones y ampliaciones de casa, así como cambiarle losetas a los baños, pero que trabajos grandes ya no hay.
Destacó que cuando le cae algún trabajo con alguno de los dos contratistas que colabora, tiene actividad garantizada hasta por tres meses, lo que le brinda confianza de que tiene un sueldo fijo, que asciende a 2 mil 400 pesos semanales, a diferencia de otros que no tienen trabajo por semanas.
“Además, cuando sucede algún accidente en la obra los encargados se hacen cargo y Nos llevan al hospital”, señaló.
José Reynaldo Ku Cimé, albañil que labora en una construcción en la avenida Náder, opinó que prefiere un trabajo asalariado que estar al destajo, debido a que de esa manera el sueldo, aunque sea poco, es seguro.
Ahondó que “muchos trabajan al destajo porque saben que de esa manera llevan un poco más de dinero a sus casas, pero se tienen que hacer responsables de adquirir todos los insumos que necesitan para laborar, cosa que cuando es asalariado no”.
“Se gana un poco más, pero se necesita hacer más inversión  cuando sucede un accidente, el dueño no se hace responsable”, señaló.
DRAMA LABORAL
Varios de los alarifes que ofrecen sus servicios en el crucero han tenido la mala experiencia de ser timados por contratistas e incluso ingenieros y arquitectos, a los cuales les llegan a trabajar durante una semana y luego no les pagan.
Aunado a que también han sufrido el despido en diversas obras, tanto de zonas residenciales como de construcción de hoteles, por haberse accidentado.
Roberto de la Cruz Jiménez, albañil que estaba en el crucero, comentó que la necesidad económica ocasiona que realicen trabajos arriesgados como bajar material pesado o colar muros a grandes alturas.
Recordó que hace menos de un año, uno de sus compañeros falleció en una obra al ser aplastado por varias toneladas de mármol, y a la familia del trabajador la empresa le dio 50 mil pesos para que no interpusiera una demanda.
Dijo que así como este caso, muchos de los albañiles en el crucero han pasado por alguna situación similar, en donde se accidentan (ya sea que se corten, se rompan un brazo, la cabeza o una pierna) la empresa sólo los lleva a atención al hospital general y luego los despide.
“Si bien nos va, nos dan solo dos mil o tres mil pesos, como no estamos asegurados y no hay nadie quien nos defienda laboralmente, ¿a quién acudimos?, estamos solos”, afirmó.
“De los siete días de la semana, logro conseguir chamba durante tres días, pero para ello tengo que sacrificar al máximo el pago, ya que de lo contrario otros me la ganan”, agregó.
Clayderman Aguilar Esteban, originario de Chiapas, afirmó que los contratistas son “el coco” de los albañiles, porque muchos de ellos se aprovechan de la necesidad y no les llegan a pagar a los alarifes lo que les corresponde.
Además, que la gran mayoría de los albañiles no tiene papeles, y eso les impide trabajar en alguna empresa y poder afiliarse al seguro, por lo que tienen que emplearse por su cuenta.
RENÁN MOGUEL/GRUPO CANTÓN
Publicado por
Redacción Quintana Roo
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