Escuche mientras lee: “No Surprises”de la banda inglesa “Radio Head”. “With no alarms and no surprises please”.
Desde mi muy particular punto de vista, “a estas alturas del partido”, ya no se trata de buscar culpables o chivos expiatorios, es tiempo, deduzco, de hacernos responsables de nuestros errores, del resultado de nuestros excesos, nuestras omisiones y sobre todo, de las alianzas que establecimos con ‘cualquier hijo de vecina’ quien, solapado por el entonces imperante modo de producción dictado desde la federación denominado Corrupción Ramplona y Rampante , llegó a nuestro paradisiaco estado a convertirse en “Rey” a punta de delitos, armas y aparatosa violencia; a pesar de que esta raza de parias se reproduce con mucha velocidad, aún es tiempo de romper esas alianzas y desterrarlos de una vez por todas.
Ello lo menciono a propósito del nuevo acto de terrorismo perpetrado en el estacionamiento de una de las plazas más emblemáticas y concurridas de Playa del Carmen, hasta donde llegaron un grupo de patéticos sicarios a asesinar a un funcionario de Migración. Desde luego que, en muchos de esos portales que se han especializado en la nota roja -¿o a caso en ser los heraldos del propio crimen?-, se ha adelantado que el ejecutado tendría vínculos con la delincuencia organizada.
Suponiendo sin conceder, porque sin pruebas no se debería adelantar juicios, es esta una prueba más de lo dicho párrafos arriba: “la culpa no la tiene el parásito sino quien lo hizo su compadre”. El hilo de los hechos es simple de seguir; el funcionario ultimado tenía el cargo de subdelegado de Control y Verificación; de allí se basaron estos “medios especializados” en hacer conjeturas, pero aún al ser viles especulaciones o “datos de primera mano” vía el propio crimen, sabemos hacia dónde apunta esta venganza o cobro de factura o lo que haya sido.
Pero si consideramos que en México se tuvo que haber proscrito la trata de blancas, el tráfico de personas y la trata en general, no tendríamos que estar viviendo estos penosísimos episodios, pero hélos aquí y ello, gracias a la debilidad de ser proclive a la transa, el embute y los cuchupos. Algún día será que nos hartemos y actuemos en consecuencia, mientras tanto, seguiremos soportando a tanto descastado viviendo como príncipe auspiciado por nuestros propios miedos.
MOVILIDAD EN DESORDEN
Recientemente hablamos de los excesos que permiten someter a otras opciones de transporte en beneficio de quienes abusan de su condición de sindicato. El Instituto de Movilidad, inexistente para resolver problemas reales, pero muy presente para “cobrar facturas”, ha dejado al garete el tema de la regulación del transporte y hé aquí que tenemos a auténticas latas de serdinas prestando el servicio de transporte.
Peor aún resulta que, gracias también a la indolencia de Tránsito municipal, los ciudadanos tenemos que soportar a cualquier hijo de vecina que conduce un autobús o una minimicrocamioneta a exceso de velocidad, escribiendo mensajes, en estado de ebriedad y abusando del usuario.
La pregunta es, ¿les pagan a ustedes señores funcionarios por la impunidad?, o ¿ya deplano fueron rebasados y, ante la impotencia, han elegido abusar, asaltar y casi excretar en los ciudadanos que pagamos sus sueldos?
Ciao.