Ya son 4 meses desde que Elisa está privada de su libertad en el cereso de Cancún, esto luego de que la FGE Quintana Roo ejecutara una orden de aprehensión en su contra, emitida por la Fiscalía de Veracruz el pasado 13 de octubre del 2022, mientras ella realizaba unas periciales en psicología para poder revincularse con sus hijos de 4 y 6 años, en el centro de convivencias de lo familiar del estado de Veracruz.
La historia de violencia vicaria que sufre Elisa viene desde el 2020 cuando ella realiza un viaje a Colombia previamente pactado con el padre de sus hijos y agresor, Eugenio, que mientras ella estaba fuera, él cuidaría de los pequeños.
Elisa vivía con sus hijos en Playa del Carmen en ese entonces, su agresor en Veracruz, gozando de los privilegios de una familia acomodada en dinero e influencia, ¿qué creen? Si, también este agresor tiene familia en el poder político de aquel estado.
La nueva pareja de él se enamoro en un abrir y cerrar de ojos de los pequeños y de la idea de ser “su nueva mamá”.
Cuando Elisa regresó se enteró que su ex ya había interpuesto un recurso legal para alejar a los pequeños de su única y verdadera madre: “incidente de cambio de guarda y custodia”, ese fue el recurso, y extrañamente su solucionó rapidísimo el caso a favor del agresor, pero además de rápido fue brillante, pues la custodia se la otorgaron a la abuela paterna ¡Qué conveniente!
En enero del 2022 se ordenó la reposición de ese depósito para que los niños puedan volver con su madre, y fue ahí cuando el agresor interpone una denuncia en la FGE de Quintana Roo en contra Elisa por presunta corrupción de menores con agravante de encubrimiento de violación.
Amigos de Elisa han denunciado que EUGENIO (agresor) los buscó para ser testigos en contra de la madre de sus hijos, ofreciendo dinero para estar de su lado, pero luego serian testigos pero de los múltiples maltratos de Eugenio en contra de Elisa, y de otro hijo de ella, un muchacho de 16 años al que EUGENIO golpeaba porque, dijo en una conferencia de prensa cuando se le abordó al respecto: “hay que ejercer fuerza si no se porta bien”, o sea, reconoció que lo golpeaba.
La historia de Elisa no se puede resumir en pocas palabras, hay que desahogar las pruebas que ella a presentado a la FGE sobre su inocencia y corrupción que entorpece su caso, como el de muchas mujeres en México que hoy están en la cárcel tratadas como delincuentes y lastimadas en su maternidad
¡URGE QUE ELISA SIGA SU PROCESO Y SE DEFIENDA EN LIBERTAD Y CON SUS HIJOS!
La próxima semana les traeré más información …