Indigna la reacción del gobernador Carlos Joaquín González frente a la ejecución de turistas en Tulum.
Para él, lo más importante fue aclarar que la alerta de viaje de Alemania contra la Riviera Maya no fue tal, sino “un comentario”.
En más de 5 años, no ha sido capaz de dar respuesta a la violencia en Tulum, Cancún, Chetumal o Playa del Carmen.
La balacera en el bar “La Malquerida” de la “Mini Quinta Avenida” de Tulum, en que dos turistas -una germana, otra india- perdieron la vida en un presumible enfrentamiento de cárteles por el control de la plaza, no fue un hecho esporádico ni inusual.
¡Venir desde tan lejos para morir sin siquiera saber por qué!
Tres más: dos alemanes y un holandés resultaron heridos, así como un civil probablemente involucrado en la pugna de los grupos criminales.
Marciano Dzul Caamal, alcalde entrante de Tulum, acababa de anunciar que no renovaría el Mando Único con el gobierno del estado, porque “no da resultados”.
Con todo y que según Joaquín González “no se había dado” la alerta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania -un día después del tiroteo- dio a conocer el decreto de alerta de viajes en que advierte a sus ciudadanos para que tomen precauciones al viajar al Caribe mexicano, concretamente Tulum y Playa del Carmen.
En su página web, expuso que se han producido incidentes y ataques violentos y dramáticos en las últimas semanas.
Alemania es uno de los principales emisores de turismo hacia la Riviera (su gente mantiene en los destinos estadías de más de una semana).
Y el portal REPORTUR.mx tituló la alerta: Cancún: prestigio dañado al pedir Alemania “no salir de hoteles”.
Para el gober buscachambas, “fue un comentario”.
En abril, una visitante salvadoreña pereció igualmente por la inseguridad local.
Tras el escándalo internacional, las autoridades desplegaron operativos de vigilancia en Tulum con soldados, Guardia Nacional y policías estatales.
Solo hasta entonces.