Sargazo: de crisis ambiental a oportunidad para Quintana Roo
Por: Óscar Rébora
oscar.rebora@gmail.com
En Quintana Roo estamos dando un paso histórico en el manejo del sargazo. Por años, esta alga ha sido vista como una amenaza para nuestras playas, nuestra economía turística y nuestros ecosistemas.
Sin embargo, hoy, con el impulso decidido de nuestra Gobernadora Mara Lezama y el respaldo técnico del IMIPAS, hemos encontrado un camino que transforma este reto en una verdadera oportunidad.
Gracias a la coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, encabezada por la secretaria Alicia Bárcena, y a la aprobación de nuevos lineamientos, por primera vez cualquier persona, cooperativa o empresa podrá solicitar permisos para recolectar sargazo en altamar.
Esto significa que, en lugar de esperar a que el problema llegue a la orilla, podemos actuar desde el origen, generando empleos y promoviendo un manejo responsable que cumpla con criterios técnicos y ambientales.
El sargazo deja de ser un enemigo para convertirse en un recurso.
Sus múltiples usos —desde la generación de biocombustibles y fertilizantes orgánicos, hasta la fabricación de materiales biodegradables— lo posicionan como una materia prima con alto valor agregado.
Este cambio de perspectiva no solo fortalece nuestra economía, sino que también abre una puerta para la innovación y el emprendimiento local.
Esta política marca un antes y un después: no se trata únicamente de limpiar playas, sino de pensar estratégicamente en la prevención, la transformación y la generación de valor a partir de lo que antes era visto como desperdicio.
Quintana Roo demuestra, una vez más, que con visión, coordinación y voluntad, es posible enfrentar los desafíos ambientales y convertirlos en oportunidades de desarrollo sustentable.
El sargazo ya no será sinónimo de crisis, sino de una nueva etapa para nuestro estado: más limpia, más productiva y con un compromiso ambiental que beneficia a todos.