POR JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ
El pasado 21 de abril fue detenido en un hotel de la capitalina colonia Juárez el diputado federal de Morena, Benjamín Saúl Huerta Corona, al ser denunciado por un menor de edad de tocamientos y agresiones sexuales cometidas en esas horas en dicho inmueble. El detenido fue llevado hasta la Fiscalía en Delitos Sexuales de la Ciudad de México, pero fue puesto en libertad al invocar el fuero legislativo.
Cuatro meses menos diez días después, la cámara de diputados apenas le retiró el fuero al presunto agresor sexual, a quien se le han acumulado señalamientos en contra, no solo por el caso de la colonia Juárez. En ese lapso, los mandos legislativos de San Lázaro dieron una vergonzosa muestra de lentitud e incluso pretensiones de encubrimiento.
El coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, poblano como Huerta Corona, llegó a considerar que no era procedente buscar el desafuero de su paisano, con una argumentación no solo deplorable sino complicitaria: no se buscaría el desafuero “porque (Huerta) no lo hizo en su función como diputado, lo hizo en su vida personal (…) Yo respeto las decisiones personales y la vida personal que tenga cada uno de los integrantes del cuerpo legislativo”.
A pesar de esas declaraciones, Mier (dejado en el cargo de coordinador de los morenistas por Mario Delgado, cuando este pasó a ser dirigente nacional del partido en el poder) se ha reelecto y se le ha vuelto a designar en la antedicha coordinación. Huerta Corona, de no haber sido denunciado, se habría encaminado también a la reelección, premiado por Morena.
Otro caso de escándalo ha sido el de Mauricio Toledo, quien fue jefe delegacional en Coyoacán, donde fue señalado por actos de corrupción y de abuso de poder. Miembro del perredismo en desgracia política y ética, fue arropado por el Partido del Trabajo en agosto del año recién pasado, en el contexto de la búsqueda de votos para impulsar a Gerardo Fernández Noroña en la aspiración de presidir la mesa directiva de la cámara de diputados, contra la postulación, marca PRI-Mor, de Dulce María Sauri Riancho, quien finalmente quedó en el cargo en disputa.
En esa ocasión, el PT se hizo de cuatro nuevos compañeros de viaje: Mauricio Toledo, Héctor Serrano (de sombrío historial, convertido en invasivo operador político del ahora gobernador electo Ricardo Gallardo Cardona en San Luis Potosí), José Ángel Pérez, y Manuel López Castillo. Ayer, el PT mantuvo solidaridad con Toledo, buscador de la reelección como diputado federal desde un distrito de Puebla (otra vez Puebla), quien desde el mes pasado viajó a Chile pues, según respondió ayer, luego de solicitar licencia a la diputación, en fallida treta en busca de no ser desaforado, como ya lo fue: “Soy hijo de padres chilenos y mi salida del país obedece a compromisos contraídos con anticipación”.
Astillas: Claudia Sheinbaum se alínea también en términos cromáticos y de nomenclatura. Del verde hasta ahora dominante en la paleta de colores utilizada por el gobierno de la Ciudad de México se pasa a la predominancia guinda morena, con dorado y verde como acompañantes. Además, los promotores de participación ciudadana se llamarán “Servidores de la Ciudad” y en varios programas sociales se utilizará el concepto “bienestar”. Todo sea por el 2024… Famosas palabras de Ana Gabriela Guevara: “yo no competí”, ante la exigua cosecha de medallas en Tokio… “¡Que pase el desgraciado!”, la frase distintiva de los programas de la conductora de programas televisivos basura, Laura Bozzo, ahora le podría ser aplicada, pues un juez ha ordenado que se interne voluntariamente en la cárcel, para esclarecer una acusación de fraude fiscal por doce millones de pesos… Y, mientras ayer se reportaba el arribo a la cifra más alta de contagios en el historial mexicano del coronavirus, ahora agravado por la variante delta, lo que debería llevar a un verdadero reforzamiento de las medidas individuales y sociales de protección, ¡hasta mañana!