Entonces el pueblo comenzó a llorar con gran miedo y desesperación, toda una noche estuvieron cobijados con el insomnio del miedo y la preocupación. La noticia que habían recibido de parte de aquellos diez espías que habían ido a reconocer la tierra prometida; fue el factor gatillo que activó todos sus miedos, al grado que esta emoción descompuesta se convirtió en paranoia colectiva, que comenzaron a quejarse, a maldecir su situación y a decir disparates contra Moisés y Aaron. Escuchemos lo que este pueblo decía por sus miedos y preocupaciones extremas.

¡Si tan solo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! -se quejaban-. ¿Por qué el Señor nos esta llevando a esta tierra solo para que muramos en batalla? ¡A nuestras esposas y a nuestros hijos se llevarán como botín! ¿No será mejor volvernos a Egipto? Entonces conspiraron entre ellos: ¡Escojamos a un nuevo líder y regresemos a Egipto! La pregunta que surge en esta actuación bajo los efectos de esta emoción descompuesta es, en Egipto, ¿qué estatus social tenían? ¿Eran esclavos o tenían buena vida como desean? Eran un botín más, pero eran ciegos al cambio y desafío que implicaba disfrutar la tierra con leche y miel. Números 14:1-4

Este pasaje nos señala la importancia de revisar y actualizar nuestras creencias y saber distinguir y equilibrar nuestros emociones. Sin lugar a duda, el miedo es una emoción de nuestra propia naturaleza humana, es una emoción que nos muestra nuestra fragilidad y vulnerabilidad humana, pero también es una emoción que nos prepara para la defensa, huida o escape, no obstante, hay que evaluar bien esta emoción para distinguir si nuestro miedo es racional o irracional, es decir nuestro miedo esta respondiendo a una amenaza real o simplemente son respuestas a mis molinos de viento como los de Don Quijote de la mancha.

Por otro lado, también nos enseña a renovar nuestra confianza en Dios, y evaluar bien las voces que llegan a nuestros oídos, pues esas muchas voces pueden influir en nuestro estado de animo y toma de decisiones, como en el caso de estos diez espías que, aunque vieron, probaron, y recogieron evidencias de aquel lugar, en vez de encarar los desafíos prefirieron derrotarse e influir negativamente para con este pueblo y asesinar la esperanza y confianza en las promesas de Dios.

Hoy de invito a renovar tu fe y confianza en Dios, y avanzar con determinación inspirado y dirigido por las promesas de Dios, revisar y transformar tus miedos en seguridad y compromiso de vida.