Por Julián Aguilar Estrada
El siglo XX fue uno de cambios y transformaciones, un siglo que inició con carretas de caballos y culminó con el hombre en el espacio y sus efectos fueron más notorios en la segunda mitad del siglo cuando pasamos a otro nivel como humanidad, las tecnologías empezaron a apoderarse del mundo entero como una novedad muy atractiva y, sobre todo, facilitando la forma de vida de las personas.
La modernidad de las ciudades empezaba a ser muy atractiva para que la gente quisiera tener un mejor nivel de vida y más oportunidades de superación, lo cual solamente era posible en lugares más urbanizados, lo que exigía una movilización y migrar a esos lugares para poder materializar el sueño de superación.
En la última década se crearon las universidades tecnológicas como un subsistema nuevo que pretendía profesionalizar al recurso humano, para preparar mano de obra calificada de alta calidad en poco tiempo y se crea un nuevo nivel profesional conocido como Técnico Superior Universitario, el cual emana de un modelo educativo proveniente de Alemania y Francia, donde se privilegia la practica sobre la teoría y se enseña con base a competencias.
Con las resistencias correspondientes, las universidades empezaron a llegar a lugares inimaginables en cada estado de la república, en la búsqueda de satisfacer la necesidad de preparación a las nuevas generaciones en perfiles que fueran afines a las actividades productivas de la región y así ir diversificando las profesiones y atendiendo la demanda del sector productivo y al mismo tiempo, evitando la fuga de cerebros de sus lugares de origen.
En 2009 se logra que se autorice la continuidad de estudios para convertirse en licenciados e ingenieros, títulos que eran más familiares a la sociedad y más atractivos a los aspirantes, lo cual da un repunte tremendo a la matricula a nivel nacional, sin dejar de lado que la naturaleza misma del subsistema era la formación de TSU´s y manteniendo como el fuerte de estas universidades hasta la fecha.
A partir de 2019 la Dirección General de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, lanza la convocatoria para que los posgrados sean una realidad y con esa puerta que se abrió, La Universidad Tecnológica de Cancún toma el reto y empieza a trabajar con los estudios de factibilidad para sus primeros programas de maestrías y recientemente se consolidó el sistema de posgrados de la UTCANCUN BIS.
En este siglo XXI y en plena pandemia, seguimos escalando con firmeza y en la búsqueda de ofrecer opciones de mejora y crecimiento profesional, en la Universidad Tecnológica de Cancún, pasamos a otro nivel.