En las series de detectives que trabajan en lugares turísticos, te muestran cómo se resuelven casos extraordinarios y complicados, se persigue a los delincuentes mientras se desarrollan persecuciones de película. En estos programas muestran a criminales elegantes, complejos y con gran poder; pero al final siempre terminan siendo arrestados. En Quintana Roo suceden más o menos las mismas cosas, pero con motivos básicos y situaciones simples, algo como: lo mismo, pero más barato. El motivo de los criminales es pelear por las “plazas” y utilizar lo primero que tiene a la mano. Lo que sucedió este jueves 4 de noviembre en el municipio de Puerto Morelos en Quintana Roo, fue una muestra de estos eventos. Un grupo armado de al menos ocho hombres a bordo de una lancha se fue acercando a las costas del hotel Hyatt Ziva, su objetivo: eliminar a la competencia. Varios relatos describen que este grupo armado bajó de la embarcación, se dirigió a dos hombres que estaban en la playa, al parecer narcomenudistas, cuando decidieron disparar en contra de estas personas, lo cual desató una balacera, que dio como resultado la muerte de una persona, el secuestro de otra, cientos de turistas asustados y algunos heridos. Después de haber realizado su tarea, los delincuentes regresaron a la embarcación dirigiéndose a mar abierto. Esto hecho demostró lo siguiente: el personal del hotel sabía de las personas que estaban la cercanía de sus playas y que vendían drogas; el departamento de seguridad interno no sabía y/o no aplicó los procedimientos de seguridad en caso de disparos de arma de fuego en la playa; los delincuentes se han dado cuenta que es más efectivo realizar ataques armados desde embarcaciones. Como dato adicional, los delincuentes no avanzan más de 5 kilómetros para desembarcar y huir. Es muy posible (99%) que los criminales huyeron por una brecha de construcción o playa privada, dónde los esperaban camionetas. Mi estimado lector, la Riviera Maya está experimentando sucesos que no se ven todos los días, que fácilmente pudiéramos vender como historias a las series de televisión. Estimado empresario: prepárate lo mejor que puedas. Como había pronosticad en esta misma columna, esto es solo el principio.