Gobiernos han pasado y cada uno trae sus propios intereses bajo el brazo; vaya, basta ver el desastre que dejó Carlos Joaquín en su pasada administración o admirar el horrible “auditorio del bienestar” de Roberto Borge para entender por dónde se clavaron la lana de los quintanarroenses No es el caso de Mara Lezama, y eso es motivo de orgullo.
El anuncio de la creación del fideicomiso para la construcción de la paz crea un precedente histórico en el manejo de los recursos públicos de Quintana Roo que quedará como legado que garantice su buen uso en la protección de los ciudadanos.
La transparencia de la lana que se usa para brindarle seguridad a propios y ajenos al estado es indispensable para no dejar cabos sueltos en manos de mañosos Y aún que garantizar la paz también es
un tema social que nos perece a todos, saber en qué se invierte el dinero también fortalece las demás estrategias de protección, pues basta enterarse del vergonzoso equipo con el que (no) cuentan los elementos de seguridad pública para entender porque nos está llevando la fregada.