¿Cuántos años debería tener una institución para considerarse consolidada?, seguramente la respuesta a esta pregunta tendrá muchos asegunes, sin embargo, el interés es relacionar una de 800 años de existencia, como lo es la Universidad de Salamanca, en España, la cual se ha fortalecido en el tiempo y ha mantenido sus principios rectores que le han dado identidad y credibilidad, gracias a sus líderes o rectores, su prestigiado personal docente y sus egresados.
Al tomar como base 8 siglos de existencia de una institución como la antes mencionada, entonces una de 80 años, ¿en qué etapa podría considerarse? Y de la misma forma, tendría muchos asegunes la respuesta, sin embargo, el interés es abordar aquella institución que surgió como escuela de ciudadanos en el año de 1939, su esencia se describía en la siguiente frase: “Una organización de todos aquellos que, sin prejuicios, resentimientos, ni apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pública su convicción en una causa clara y definida, coincidente con la naturaleza real de la Nación y conforme con la dignidad de la persona humana”.
La fortaleza desde sus inicios, fueron sus fundadores integrados por grandes pensadores mexicanos, como: Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna, Aquiles Elorduy García, Luis Calderón Vega, Francisco Fernández Cueto, Alejandro Ruiz Villaloz, Rafael Preciado Hernández, Juan Gutiérrez Lascuráin, Manuel Herrera y Lasso, Trinidad García Aguirre, Toribio Esquivel Obregón, Gustavo Molina Font, Jesús Guisa y Acevedo, José Fernández de Cevallos Martínez y Manuel R. Samperio Méndez, entre otros.
Aunque dentro de sus estatutos y reglamentos, las puertas están abiertas para quien desee participar cumpliendo los requisitos básicos de ser mexicano, con un modo honesto de vivir y atender el curso-taller de introducción, seguido de los formatos requisitados, a veces entran y salen como un vaivén sin principio ni fin o más bien con un fin más personal que institucional y con actos que rompen con los principios y fines de la misma organización, debilitando la credibilidad y fortaleza que con el paso de los años se ha logrado.
Hay personas o personajes que tuvieron su tiempo y su protagonismo, que al cobijo de los principios básicos, lograron escalar a la cima y posterior a sus periodos de gloria, como una constante, han dado la espalda a lo que representa la que en sus inicios fuera escuela de ciudadanos y posteriormente gran impulsor de cambios positivos para México, pero su tiempo ya fue, y en un vaivén sin principios ni fines, pretenden regresar sin darse cuenta que lejos de ayudar, perjudican, sin querer comprender que mucho ayuda el que no estorba y que hay mucho camino por recorrer aun, que en la distancia podrían seguir luchando como su legítimo derecho, pero no apareciendo en una asamblea nacional queriendo arengar en el micrófono lo que por ser su voz, ya no tiene eco. Falta mucho camino para los 80 siglos.