El binomio perfecto que permite trascender en el tiempo llega a ser tan perfecto que se ha puesto en duda su real existencia o aplicabilidad en términos generales, porque ni todos lo conocen ni es para todos, ya que ha sido recurrente, al menos en la experiencia de al menos un 80% de egresados de Instituciones de Educación Superior, que al solicitar una oportunidad de empleo acorde a su perfil profesional, les piden tener experiencia y en un sistema tradicional, la experiencia de adquiere después de terminar los estudios universitarios, convirtiéndose en un círculo vicioso que termina en la mayoría de las ocasiones, en frustración o decepción.
En atención a esta recurrente situación, a principios de la última década del siglo pasado, se creó un modelo educativo que ofreciera más teoría que práctica, primero para preparar a los egresados en un ambiente del hacer y Segundo para romper con el paradigma de que la teoría era muy diferente a la práctica al momento de aplicar o querer generar cambios acordes a lo aprendido en las aulas.
La teoría y la práctica deben ser perfectamente compatibles, el binomio ideal que ofrezca a los estudiantes, mientras lo son, la seguridad y tranquilidad de que serán herramientas que le permitan ser útil, productivo al momento de ejercer la profesión para la que fue preparado y para lo que se le acredita en el título y cédula profesional que se le expida, y al empleador le dé la tranquilidad de que al contratar a un egresado, encontrará la solución requerida a las necesidades del puesto y acorde al perfil que se ofrece en los documentos que lo respaldan.
La educación ha tenido modificaciones que buscan encontrar el punto exacto donde tanto tiempo, dinero y esfuerzo, que se destina por parte de las instituciones educativas por un lado y de parte de los estudiantes, familias y sector productivo, por el otro, permitan lograr el máximo de satisfacción en ambas partes y de cómo resultado un mayor grado de satisfacción y productividad.
La teoría y la práctica en una proporción de 70/30 ha pasado al modelo de competencias y certificaciones que acreditan al estudiante en áreas específicas del conocimiento y del hacer y lo que sigue es la implementación del modelo dual que trae consigo un involucramiento total del sector productivo para formar desde la práctica en la empresa a los futuros profesionistas y eso les dote de la mejor preparación en la empresa, respaldada por las instituciones educativas, buscando hacer más corta la brecha de engranaje entre el empleador y el profesionista y para todas las partes involucradas, la eficientización de recursos invertidos para construir una mejor sociedad.
La teoría y la práctica tendrán su impacto y utilidad, en la medida que el ejecutor desarrolle también las habilidades de liderazgo y total compromiso de aprovechar al máximo las herramientas y esfuerzos por parte de gobierno, instituciones educativas y sector productivo, para que el saber y el hacer encuentren la combinación requerida en la ejecución profesional.