POR: JULIÁN AGUILAR ESTRADA
TWITTER: @JulianAguilarE

Hace una semana leí una publicación en una red social, donde un amigo solicitaba una oración debido al mal estado de salud de un familiar y en respuesta recibió varios mensajes de apoyo y manifestaciones solidarias, más tarde leí otras tantas publicaciones similares donde se expresaban sentimientos y situaciones relacionados con familiares y amigos padeciendo los efectos del COVID-19, unos más compartiendo su experiencia de haber vencido al virus y su proceso de recuperación y otros más con la notica de haber salido positivos al mismo; cada publicación con sus respectivos comentarios y manifestaciones de amigos y seguidores.

Pareciera ya normal leer en redes sociales el tema de los contagiados, recuperados y fallecidos por COVID-19 a nivel local, nacional o internacional, antes era de gente desconocida, luego de amigos de amigos y ahora de familiares cercanos; pareciera normal y cada día menos sensibles a estas experiencias pero más cerca de cada uno de nosotros, tanto que en el centro de trabajo, hace tres días al saludar a un compañero y preguntarle cómo se encontraba, me dio como respuesta que un ser muy querido estaba hospitalizada por el coronavirus.

Parece normal que el tema entre familiares y amigos, sea justamente el de la salud delicada de alguien cercano, en tanto los investigadores luchan por encontrar una vacuna, los países se debaten quien será primero, algunos presidentes niegan la afectación y dicen que van de salida, otros invitan a los ciudadanos a cuidarse, y así estamos envueltos en la nueva normalidad.

¿Te gusta la nueva normalidad?

Es curioso como cada día se hace más normal algo que nos lleva a aceptar que así debe ser y que a eso debemos acogernos para sobrevivir.

¿Te gusta la nueva normalidad y te adaptarás a ella? o lucharás para que sea una normalidad diferente, mejor, más acorde con los planes y objetivos de una vida mejor y más digna para todos; ¿será esto posible? ¿Habrá de otra?

Aun me cuesta trabajo aceptar que es normal leer publicaciones como las que leí esta semana, de que la mamá, abuela, papá, hermano y parientes, pasaron a ser parte de la estadística de los más de 52 mil muertos por causa del COVID-19, no me gusta y no me quiero acostumbrar y menos seguir viviendo ese tipo de experiencias que traen vacío y dolor, sobre todo si es un dolor evitable.

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Por eso, no me gusta la nueva normalidad aún cuando te invito a que sigas quedándote en casa si te es posible y si tienes que salir, usa cubre bocas, mantén la sana distancia, cuídate y cuida a tus seres queridos, haz deporte, come lo más sanamente que este a tu alcance, vive la vida, alimenta tu espíritu, prepárate, se mejor cada día, mantén una actitud positiva y sé el creador de la Mejor Normalidad a la que aspiras llegar.