Sin saber que ahí estaba, la dejaba pasar, buscándola por todas partes me llegaba a desesperar, le llamaba mala suerte cuando me llegaba a enfadar y después de comprender que todo tiene su tiempo, entonces fue cuando llegó la oportunidad.
La buena suerte existe y llega cuando se encuentran la preparación y la oportunidad, si llega una sin la otra pareciera que todo se complica, sin saber que la preparación debe ser constante porque uno nunca deja de aprender y cuando menos te lo imaginas, es entonces cuando aparece el momento que estabas esperando.
Actuar sin saber puede conducirte a cometer muchos errores, pero ¿saber qué? Saber todo aquello que te ayude a elevar el nivel de conciencia, saber que cada esfuerzo tiene su recompensa, que cada amanecer trae consigo su propio atardecer, que los resultados son inevitables y que las acciones de hoy determinaran el futuro, que nada es gratis en esta vida y que cuando deseas algo desde lo más profundo de tu ser, los astros se alinean para que se haga realidad, aun cuando no siempre es cuando uno quiere, llegará el momento y hay que estar preparados para aprovecharlo.
Quien desconoce que todo lo que vale la pena, cuesta, todo aquello que es valioso tiene un precio y solo quien está dispuesto a pagar el precio, logrará conseguirlo, eso es lo que le da sabor al logro, es lo que hace que valores los frutos de tu esfuerzo y es lo que permitirá que seas más fuerte y también más feliz.
La vida se dignifica cuando un alma vacía es tocada por un sueño y le da fortaleza para ponerse a trabajar en lo que soñó hasta que lo convierte en realidad, hay quienes luchan por causas sociales como Gandhi, Martin Luther King, Madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, otros luchan por emprender negocios exitosos como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, algunos más luchan por la paz como Prem Rawat, entre otros.
¿Tú por qué luchas y que es lo que te motiva a levantarte por la mañana con energía y deseos de lograr algo que le dé sentido a cada acción que lleves a cabo?, si caminas por la vida culpando a los demás de lo que sucede en tu entorno, esperando a que llegue a la puerta de tu casa la oportunidad y si acaso llegara te encuentra dormido, entonces vivirás sin saber y sin sabor.