Las universidades son un sinónimo histórico de la generación de conocimiento y pilares esenciales e insustituibles del progreso científico, la investigación y la formación de investigadores, deben seguir siendo una de las señas de identidad de la universidad, ahora bien, el modo de hacer investigación ha cambiado y las universidades deben adecuarse a ello.
Este es un reto más emanado del cuarto encuentro de rectores Universia 2018, el de la contribución de la investigación científica en la mejora de la calidad de vida y aunque hay países que invierten más que otros en esta significativa labor y área de la educación, todos de alguna manera estamos conscientes que es aquí donde está el avance y la clave para generar nuevos conocimientos, así como mejoras en la calidad de vida de las personas.
Por una parte, hay organismos tanto públicos como privados, que son hoy día agentes activos en investigación, la universidad debe interactuar y colaborar con ellos, por otra parte, la sociedad tiene que percibir tanto en el ámbito local y regional donde la universidad se inserta como en lo global y en una realidad en la que el conocimiento no tiene fronteras, que la investigación de las universidades aporta valor, esto es, que usa sus recursos y su autonomía (cuando así sea el caso) para el estudio de los problemas que afectan y preocupan a la sociedad en libertad y al servicio de los intereses generales.
La universidad debe hacer un esfuerzo por informar y explicar ¿qué hace? ¿por qué? y ¿para qué? Para ello la investigación debe ser abierta, participativa y colaborativa, lo que también obliga a revisar los paradigmas de financiación y evaluación de las universidades y de los investigadores.
En la Universidad Tecnológica de Cancún contamos con 10 cuerpos académicos y varios de ellos en proceso de consolidación, de los cuales han surgido investigaciones de gran relevancia, publicaciones de libros y colaboraciones a nivel nacional e internacional que permiten contribuir en la generación del nuevo conocimiento y también en la formación de profesores investigadores de alta calidad.
Finalmente, la investigación debe ser interdisciplinar y abarcar todas las áreas, prestando especial atención a un equilibrio armónico y sostenible entre los avances científicos y tecnológicos, especialmente los más disruptivos y los valores humanos.