El cambio es una constante y saber gestionarlo de manera exitosa requiere de un plan que permita la transición ordenada y con resultados que beneficien a todos o la mayoría, sin ocasionar problemas o con el menor número de problemas.
Esta es la continuación de cómo gestionar el cambio en una organización o país, según corresponda, así como los beneficios que trae consigo una atinada gestión del cambio.
Entre otros, se ha comprobado que al gestionar el cambio efectivamente, se crea un impulso en todos los colaboradores de una organización o ciudadanía de un país.
Cuando les brindas a los interesados información coherente en cuanto al cambio, es más probable que éstos se comporten de forma tal que apoyen tus objetivos. Una buena planificación establece un precedente para cambios futuros al demostrar un compromiso con un proceso positivo que beneficie a todos los implicados.
La gestión del cambio comienza con un plan, empezando por identificar qué resultado se desea como consecuencia de todos los cambios próximos. Dentro de este plan de la gestión del cambio hay que analizar las circunstancias internas y externas, plantear o conocer objetivos, considerar las siguientes alternativas o escenarios, reunir y analizar datos y considerar parámetros de impacto.
Otro factor fundamental es la comunicación, la cual es una parte fundamental de la gestión del cambio. Se debe asegurar un orden y claridad para divulgar información precisa con regularidad. Crear y aplicar un plan de comunicación puede ser la mejor forma de proceder. Cuando se haya decidido qué se va a comunicar, cuándo y a quién, es momento de compartir la información. Cuando sea posible, se debe comunicar el cambio personalmente, este método permite tener más tacto y ser más sensible que si se comunica el cambio por teléfono, correo electrónico o de manera masiva y de preferencia sin intermediarios.
Cada comunicación debe tener suficiente información, pero no demasiada porque resultaría abrumadora. Con cada comunicación, se debe incluir un conjunto de acciones claras y específicas para que realicen las partes interesadas. Un resumen de acciones bien organizado puede hacer que la transición sea más fácil para quienes se vean afectados.
Es trascendental crear una visión convincente del cambio para compartir con los principales interesados; ellos están dedicados al proyecto, tanto para su realización como para su éxito y merecen saber qué proceder se pretende adoptar. Una visión es un concepto más amplio, en el que se trabaja sin una fecha límite.