Dar un paso hacia adelante seguido de otro más, impulsarse para avanzar, visualizar la meta que se planteó, caerse y volverse a levantar, escuchar el latido del corazón al iniciar una jornada y sentir como se acelera conforme se va elevando el ritmo y, sobre todo la respiración incesante que expresa, por un lado, la señal más contundente de que aún hay vida y, por otro lado, el agotamiento físico producido por la distancia recorrida; y todo lo anterior reflejado en la gota de sudor que recorre el rostro de arriba hacia abajo, sirviendo en muchas ocasiones de líquido que remoja los labios y en muchas otras más, acompañada de gotas de lluvia que caen como bendición en pleno entrenamiento de distancia.
Así se siente la libertad, al menos para el que corre y va al encuentro de la brisa producida por el aire fresco que en sentido contrario al que se desplaza el corredor, acaricia cada parte del cuerpo, haciendo el entrenamiento más intenso y sin duda alguna, invitando a elevar los pensamientos y emociones al máximo nivel y abstrayendo de una realidad inevitable, en los pensamientos provocados por la vibración que permite pensar y re pensar los sueños, objetivos y metas, construyendo los caminos estratégicos para que se logren uno a uno.
El que corre es libre, pero el que corre con pasión, con sentido, con un objetivo y con la determinación de fortalecer el espíritu guerrero que se requiere como la fuente naciente del ser en su máxima expresión, partiendo justamente desde el espíritu fortalecido para que su intermediaria llamada mente, se mantenga en un estado positivo y sirva de conducto para que el cuerpo obedezca las instrucciones y juntos confirmen la unidad completa que da vida al que siendo libre corre, y al correr es libre.
Son innumerables los beneficios de hacer actividad física y variados también los objetivos de cada individuo y se requiere disciplina para hacer de esta actividad un hábito y un estilo de vida, que, si bien en el intento se descubre la esencia del ser, también en el camino se aprende a ser libre y a correr. Todo empieza con el primer paso y a partir de ahí, nunca sabrás cuando será el último, porque la libertad es la búsqueda permanente y en la carrera entre más avanzas más amplio ves el horizonte. Se libre y corre. Empieza hoy y da el primer paso.