Universidad, según el diccionario, se define como una institución académica de enseñanza superior e investigación que otorga títulos académicos en diferentes disciplinas, se puede ubicar en uno o varios lugares llamados campus; destinada a la enseñanza superior (aquella que proporciona conocimientos especializados de cada rama del saber), que está constituida por varias facultades y que concede los grados académicos correspondientes.

Desde un concepto personal, concibo que una universidad es un campo de energía positiva, con uno de los fines más nobles: la formación de seres humanos con el deseo de ser cada día mejor y en todos los aspectos; en el día a día, cada integrante ofrece lo mejor de sí.

En el sentido más amplio, una universidad es parte de la sociedad y en la universidad está representada la sociedad a la que pertenece. También es importante tomar en cuenta que es querida y respetada por la ciudadanía; las universidades mantienen aún una imagen positiva. Por lo tanto es necesario cuidarlas desde todos los frentes.

A mediados de la semana pasada, se leía en varios medios de comunicación que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) bloqueó cuentas bancarias de una universidad pública estatal, por presunto lavado de dinero. También el año pasado se dio a conocer que varias universidades participaron en el esquema de empresas fantasma y presuntos desvíos, conocido como “La Estafa Maestra”.

Y, sin profundizar mucho en lo que ya se sabe, el llamado sería muy serio y contundente, con las universidades NO. No se vale aprovecharse de la primera oportunidad que llegue y que le lleguen al precio a quienes, de manera temporal, se encuentran al frente de una institución de educación superior.

Cada acción va entrelazada con otras acciones que afectan de manera sistémica a muchas personas, y cuando alguien acepta la responsabilidad de dirigir una institución como lo es una universidad, acepta también todas las tareas y responsabilidades que lleva implícitas, llámese calidad educativa, vinculación empresarial, investigación e innovación.

Todo ello con transparencia y rendición de cuentas, con altos estándares de calidad, ética y valores.

El ejemplo es más contundente para enseñar, que las palabras mismas y con esos hechos, ¿cuál es ejemplo que se le da a los estudiantes, principalmente? Por eso, con las universidades, NO. Por favor.

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Publicado por
Julian Aguilar
Etiquetas: encorto