En un curso titulado, “Cerebro total y aprendizaje acelerado”, se llegó a un momento de análisis donde se discutía el proceso “correcto”, para preparar agua de limón, ya que algunos aseguraban que primero se debe verter el limón en el agua y posteriormente se endulza, otros tantos alegaban que eso era incorrecto, ya que primero debe endulzarse el agua y al final se exprimen los limones y sin que se llegara a una conclusión definitiva, el ejercicio me sirvió para observar cómo se invirtieron más de 30 minutos para ese debate, además del apasionamiento de algunos por convencer a otros de tener la razón.
Si habláramos de las matemáticas, en suma y multiplicación, diríamos que el orden de los factores no altera el producto, pero en el caso del agua de limón, la instructora aseguró que, si se altera el sabor, dependiendo que se adiciona primero y que después, y ese análisis me ha sido de mucha utilidad en diferentes ámbitos y al compartirlo hoy, espero sea también de utilidad para ustedes.
Me gusta observar y analizar, esos momentos donde se suele discutir o invertir tiempo en temas que son triviales, como cuando dos personas se esfuerzan por demostrar que un color es más bonito que otro o un auto más elegante que otro o si una comida es picante o si hace mucho frio o calor, o como se debe preparar el agua de limón, etc.
Si los seres humanos nos hiciéramos conscientes del valor del tiempo y como lo invertimos, podríamos ser más productivos, enfocar esfuerzos en asuntos que nos lleven a lograr metas y objetivos de manera más efectiva, mejoraría las relaciones humanas y se fortalecería mucho el trabajo en equipo.
También hay otro tipo de actitudes en las cuales se pierde tiempo y es precisamente cuando al querer obtener resultados diferentes, se actúa igual que antes, sin entender que si actúas igual seguirás obteniendo los mismos resultados.
Si regresamos al ejemplo del agua de limón, es el ejemplo más ilustrativo que podría ofrecer, independientemente del proceso de preparación, es como si alguien quisiera obtener agua sabor mango, y en la preparación verte agua, endulzante y jugo de limón, y al probar el agua se enoja porque quería que fuera sabor mango y podría repetir el proceso miles de veces y el resultado seguirá siendo el mismo.