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Y TODO POR LOS AVIONES…

Habría que volver, una y otra vez, a la falta de recursos permanente. A ese no poder pagar a los proveedores, suspender los boletos de avión, dejar de cargar gasolina hasta las patrullas. Y escuchar, como en disco rayado, que estaban “juntando” dinero para la nómina.

Esa fue la realidad del sexenio pasado.

Cuando el despido de muchos trabajadores del gobierno, yo escuché, muchas veces, como le habían pedido al gobernador que le “bajase” a los viajes en avión privado.

Yo atestigüé el cansancio, la desesperación de los más cercanos, porque no entendía cuánto lastimaba a la gente escuchar, sobre todo en Chetumal, que el avión, los aviones oficiales aterrizaran y despegaran todo el tiempo, todos los días.

Muchas veces porque había que cambiar la agenda ante el enojo de la esposa o de la entonces diputada-amante Gabriela Medrano, todo giraba alrededor de ambas, de quienes hoy deberían tener responsabilidad penal porque estuvieron presentes, participaron en todo el desastre.

Ahora el tema más aterrizado del desfalco, o cómo lo quieran llamar, es VIP SAESA, la empresa de los aviones.

Y todas sus irregularidades, que en ese momento no se veían, ni siquiera internamente, como tales.

Porque, recordemos siempre, había un inmenso “hoyo” y el dinero salía de un lado para tapar otro, para completar lo que no se pagaba.

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Para eso eran los préstamos. Así se gobernó y no solamente con Borge.

Personalmente nunca entendí, menos a la distancia, porque el gobierno no tenía un centavo para nada, ni para viáticos de los policías ni para temas que se advertían urgentes, como poner sistemas de seguridad en las cárceles, o por lo menos candados para cerrar las celdas. Pero esa era la realidad, no había dinero.

Supongo que en ese caos uno o muchos se enriquecieron ilegalmente y deben ir a la cárcel.

Pero otros, y mi convicción es que Mauricio Góngora es uno de ellos, simplemente hicieron lo que les ordenó el gobernador que no admitía un NO por respuesta.

Y que la línea de lo ilegal se fue confundiendo con la de “irregular”.

Usos y costumbres arraigados, al menos desde Félix.

Quiero entender que los funcionarios imputados ni siquiera comprendieron su responsabilidad como “consejeros” de la empresa VIP SAESA.

No recuerdo que Mauricio Góngora utilizara los aviones.

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No se cambió de casa en el sexenio. No se compró un reloj lujoso. No tuvo amantes que le pidieran cientos de miles de pesos al mes.

No fue socio en los negocios millonarios, en los hoteles, en los terrenos.

Ni siquiera fue el candidato del gobernador.

¿Eso importa? La explicación de la realidad no es la que requiere el juez.

Esa dicotomía entre lo “irregular” y sacar la chamba, entre lo “irregular” y obedecer órdenes a ciegas, es la gran lección para todos en Quintana Roo.
Cómo explicárselo a un juez es lo difícil.

Publicado por
Isabel Arvide

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