En Quintana Roo el proceso electoral ha sido tan confrontado como en el resto del país. Los candidatos se han dicho de todo y por su orden. Ha habido renuncias. También violencia en su contra a lamentar.
Todo indica que la tendencia nacional será, también, lo que ocurra en nuestro Estado. Y por eso tendremos al día siguiente, 2 de julio, un montón de perdedores. Los que siempre supimos que iban a perder, quiero decir la mayoría de los priistas. Y los que ganarán pese a ser del PRI, como Pedro Joaquín que viene arropado de un apellido que, en Cozumel, sobre todo por su abuelo, mi querido Nassim, es sinónimo de confianza.
En Cancún ganará Mara Lezama, por muchas razones. La primera que no hay candidatos que sean realmente viables, y que la más fuerte, Niurka Sáliva no tuvo tiempo de alcanzarla. El abandono que sufrió esta elección, diversas razones, por parte del PRI, del Verde, del PRD y del PAN es incalificable. Prácticamente apuntaron en su contra, fue un “autogol”.
La carrera para senadores la tienen muy difícil los del FRENTE. Supongo que muchos votaremos por Julián Ricalde, y que hacerlo por los candidatos de MORENA es como una burla, otro “autogol”. Esto no quiere decir que vayan a ganar, derrotar a quienes se cobijan con López Obrador se ve muy difícil para decir lo menos.
Y así nos podríamos ir en la descripción de los absurdos que se enciman, se entrometen en la próxima elección. Con los fantasmas del pasado, sea Félix o gente de Roberto en concupiscencia con el doctor Pech y MORENA. Lo cierto es que ninguno de los candidatos a puestos de elección popular, de todos los partidos, es tan malo como dicen que es. Y varios son bastante peor de lo que hemos podido descubrir.
No tendremos un panorama fácil después del día 1. Por muchas razones, porque habrá inconformidades y sorpresas, porque a muchos cientos de miles de quintanarroenses no nos gustará toparnos con la realidad de que vamos a ser representados y “gobernados” en los municipios por personas que ni siquiera debieron ser candidatos.
¿Cómo volver a entendernos?
Me parece que la mejor opción, la primera, es descubrirnos como opositores.
Desde la llegada de Carlos Joaquín al poder no ha habido una oposición política en el Estado. El PRI renunció, fue incapaz de asumir este papel que le correspondía. Y los demás ni siquiera existieron antes de unirse a López Obrador, de renunciar al PRD o de separar al PES de la regla nacional.
Por eso amaneceremos con muchas razones, muchos, diría cientos de miles de quintanarroenses, para estar en contra de quienes fueron electos. Y en ese momento tendremos que tomar la decisión de convertirnos en una oposición inteligente, encabezada por la sociedad civil… o, simplemente, padecerlos.
La primera decisión 2 de julio…
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