Hay una explicación al triunfo de muchos candidatos en la pasada jornada electoral, no la hay para que otros tantos hayan perdido.
Porque si bien la inercia del “Tsunami” de López Obrador pudo arrastrar votos a favor de, por ejemplo, Mara Lezama en Cancún con una diferencia abismal, no hay explicación para que haya perdido, con tan pocos votos a favor, Miguel Ramón Martín.
Y no se diga los candidatos a senadores por el FRENTE.
Incluso en Cozumel, no podemos hablar de que Pedro Joaquín Delbois haya arrasado, asombrosamente la criticada expresidenta municipal del FRENTE, Perla Cecilia Tun Pech, tuvo una gran votación. En realidad, Pedro ganó por muy pocos votos.
¿Por qué pudieron ganar personajes nefastos, algunos fuera del ámbito público, frente a gente que estuvo en puestos muy importantes en el actual gobierno? ¿Quiénes realmente ganaron y quiénes perdieron por ellos mismos?
José María Morelos es un ejemplo de cómo el proceso electoral en Quintana Roo no obedece a la lógica del triunfo Morenista. La señora, que para muchos era mala candidata, que es esposa de quien fue presidente municipal, Sofía Alcocer, tuvo 36.2% de votación en el municipio con mayor competencia, tanto del PRI como de Nueva Alianza.
Y ganó por una diferencia en votos casi igual a la de Pedro Joaquín.
En Chetumal la diferencia de votos es muy grande. Hernán Pastrana casi le dobla en votos al candidato del PAN/PRD, que no era malo. ¿Qué pasó? Otra vez el centro del Estado prende luces rojas en el tablero político, porque no es normal que donde surgieron los votos que hicieron ganar al actual gobernador, se pierda de esta manera. Por casi veinte mil votos.
En Isla Mujeres y en Puerto Morelos, con una lista nominal de votantes reducida, ganaron dos presidentes municipales pésimos, del PRI y/o VERDE, con rechazo popular y con muchos señalamientos en contra. ¿Hubo manipulación, compra de votos?
¿No hubiesen podido ganar ni uno de los candidatos a senadores y a diputados federales del FRENTE? Es pregunta. Confrontando a candidatos tan malos de MORENA. No parece imposible reunir un número de votos mínimo. Y no fue así. ¿Mala campaña? ¿Mal mensaje?
Del PRI ni hablar, por razones obvias.
Porque no hablamos de cientos de miles de votos.
¿Malos candidatos? ¿Mal los partidos políticos que los abanderaron? Habrá que analizarlo, porque no parece mera inercia de la elección federal y es mucho futuro lo que está en juego para muchos protagonistas políticos.
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