Este 19 de febrero, el general Salvador Cienfuegos encabezó su última celebración como titular de la Sedena, en el presídium, a dos lugares del presidente Peña Nieto, estuvo el general Enrique Cervantes Aguirre.
Para los militares el mensaje de la fuerza, verdadero poder en la Sedena, del viejo general no despertó curiosidad alguna. Sin embargo, una entrevista concedida por Ignacio Carrillo Prieto, que fuese el único Fiscal que hemos tenido para investigar la “verdad” del pasado lo vuelve a colocar en el ámbito de la discusión.
Y su impunidad, otra vez más, vuelve a significarse. Porque quizás es el único militar vivo que estuvo en Guerrero, además como jefe de Estado Mayor de la 27 Zona Militar, en los años en que desaparecieron a los guerrilleros desde los “vuelos de la muerte”.
Uno de los temas que investigó Carrillo Prieto.
A la luz de la discusión de la Ley de Seguridad, resulta harto interesante leer las declaraciones de Ignacio Carrillo, con el agregado del aniversario 50 de Tlatelolco este año. Un evento que según sus investigaciones fue por ordenes de Luis Echeverría Álvarez al general Luis Gutiérrez Oropeza, entonces jefe del Estado Mayor Presidencial.
Esa “institución” que busca eliminar el candidato presidencial López Obrador.
Habría sido Gutiérrez Oropeza quien mandó a militares a disparar desde departamentos de Tlatelolco, vuelve a recordarnos Ignacio Carrillo, para así crear el caos y la muerte posteriores.
Todo por la ambición política, cumplida con la candidatura presidencial, del que era titular de Gobernación. Y que terminó con una sentencia de dos años de “prisión domiciliar” por las investigaciones de dicho Fiscal.
El tema de Guerrero, en los años setenta, Cervantes Aguirre entonces teniente coronel estaba a cargo del Estado Mayor de la 27 Zona Militar, en 1975-76 cuando se buscaba a Rubén Figueroa en la sierra, secuestrado por Lucio Cabañas.
Ahí comenzó la verdadera historia de los desaparecidos en nuestro país. La que investigó, aunque superficialmente, Ignacio Carrillo. Y que según algunos testimonios era una operación militar llamada “Luciérnaga” donde los presuntos guerrilleros desaparecían… se dice que en “vuelos de la muerte” donde eran aventados al mar…
No fue la única operación militar, también estuvo la llamada “Acapulco” que mandaba el entonces coronel Quirós Hermosillo. El secretario era el general Hermenegildo Cuenca Díaz.
Se dice, porque la investigación no se hizo a fondo y, todo indica, no se hará. Los protagonistas han muerto casi todos. Las “Comisiones de la Verdad” no están en la agenda de ningún candidato presidencial.
Dice Carrillo Prieto: “Hubo una voluntad sistemática continuada de acabar con la oposición política, armada o no”.
Uno de los grandes protagonistas de esto, que estuvo físicamente en el lugar donde “desaparecieron” los supuestos guerrilleros, goza de total impunidad, del mayor “reconocimiento” público, de las atenciones de los uniformados y los civiles: general de división Enrique Cervantes Aguirre.
A veces hace bien recordar, así sea para documentar indignaciones individuales, para ejercitar la memoria, porque como dice Ignacio Carrillo “nada bueno se puede edificar sobre la mentira”.
También hay que puntualizar que en sus investigaciones como Fiscal Carrillo Prieto no citó a declarar a Cervantes Aguirre.
Agregaría, nada bueno se puede edificar sobre la mentira y la impunidad…