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Los guerrilleros contra los militares…

La modernización del ejército, que en parte de finales de los años setenta, pasó por la sistematización de los ascensos. Y obvio, imponer una edad de retiro obligatorio de acuerdo con el grado máximo alcanzado.

Estas reglas que conmocionaron a los viejos generales que venían de participar en luchas armadas donde el grado se ganaba en batallas, fueron las que aprendieron desde el primer día de clase en el Heroico Colegio Militar los actuales jefes militares.

Es decir, para ascender se va escribiendo una “historia de vida” sobre un expediente. Ahí consta hasta el humor con el que suele levantarse el protagonista. Todo lo que ha hecho en su vida militar, desde el inicio, y también todos los tiempos en que cumplió con los requisitos que le fueron impuestos para ir escalando la pirámide de mando.

Que incluyen tiempos. No antes, no después.

Por lo tanto no hay otra forma, todos los ascensos están documentados ampliamente. Con una hoja de estado de salud, de peso, de condiciones físicas que deben ser óptimas. El ser calificado cada día de su vida impone condiciones de vida muy duras. Que también tienen su recompensa en el ascenso.

Todos los jóvenes que llegan al H. Colegio Militar aspiran a ser generales. Con eso ya podría decirse que se culminó, de sobra, su carrera militar.

Hay generales de una estrella, de dos estrellas, y los jefes máximos que solamente deben obedecer al secretario de la Sedena y al presidente de la República, los generales de división.

Cada año, en la víspera del 20 de noviembre, el alto mando de la Secretaría de la Defensa Nacional envía, después de supuestamente haber sido “palomeados” por el primer mandatario, la lista de ascensos al Senado. La costumbre era que en pocas horas fuesen aceptados y ratificados.

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Por primera vez no fue así.

La Comisión de Defensa del Senado, que se dice tiene la participación de ex guerrilleros que encabeza Félix Salgado Macedonio, paró en seco el ascenso de un jefe militar que ya es general. Es decir, que ya había cubierto todos los requisitos para llegar a tener un águila y dos estrellas en su uniforme.

No se pueden imaginar los civiles lo que esto evitó que el general José Luis Sánchez León tuviese su tercera estrella en tiempo y forma, es decir, el día 20 de noviembre, ha conmocionado a las fuerzas armadas.

Y para colmo de males, los diputados los “desinvitaron” a la protesta como presidente de la República de López Obrador, donde siempre han tenido un lugar de honor.

¿Alguno ha imaginado, dentro del equipo del tabasqueño, cómo va a ser la relación entre los militares y su gobierno? ¿Alguno le ha explicado cómo son, qué piensan, qué sienten, qué necesitan los militares? Sobre todo, habría que saber si alguien se ha atrevido a contarle qué quieren los militares de su comandante supremo para seguir siendo, como son, institucionales y leales…

En Twitter: @isabelarvide
Blog: CambioQRR.com

Publicado por
Isabel Arvide
Etiquetas: encorto

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