El primer mandatario mostró a los periodistas, en el aeropuerto, a punto de viajar a Sinaloa, sus “protecciones”. Que son la razón o una de las razones por las que no tiene miedo: dos estampitas religiosas que llevan una leyenda para “detener” al enemigo.
Esta semana que viaja al estado, a Chetumal la capital, bien haría en repartir unas cuantas, como un millón para ser exacta, de éstas. Tal vez sea la única forma práctica para detener la violencia.
A cien días, los compañeros de Noticaribe hicieron la suma, de la llegada del secretario Alberto Capella; tenemos, solamente en Cancún, 125 ejecuciones. Crímenes violentos.
Eso sin contar los que han sucedido en otras partes de la entidad.
Y sin mencionar, sobre todo, preocupante en extremo, los hechos de Chetumal, donde este domingo amaneció un automóvil quemado. Lo que nos habla de la presencia de grupos criminales, o mugrosos criminales como se prefiera, que están cobrando “derecho de piso”.
También pueden ser estas bandas colombianas que prestan dinero con intereses impagables y después te persiguen hasta matarte si no les pagas.
Esto en una ciudad de provincia que tiene, obvio, costumbres de provincia como estacionar los vehículos en la calle.
López Obrador no viene a hablar de seguridad sino de Turismo. Sin embargo, la actividad turística es vulnerable a la violencia. Frente a este número inmenso de asesinatos violentos, uno se pregunta si la policía municipal no estará coludida. Porque los asesinos siempre pueden huir con total impunidad, porque tal parece que no hubiese ninguna vigilancia en las zonas donde han sucedido estos crímenes.
En días pasados se hicieron públicas fotografías, tomadas por cámaras de seguridad, de asaltantes de un comercio. ¿Por qué no tenemos estas imágenes de asesinos? Es una de las muchas preguntas que surgen en esta contabilidad.
¿Y qué hace doña Hermelinda Mara Lezama ante esta realidad? Pues se pone la faja, muy apretada, una camiseta blanca y encabeza algún evento a favor de lo que sea, de cualquier causa que conlleve reflectores.
Una pregunta, ingenua que es, si estará presente en la gira del presidente López Obrador y si, también, le pedirá una estampita para detener a los enemigos de Cancún que, por el momento, van ganando.