Intencionalmente había evitado escribir sobre la senadora Marybel Villegas. Cuando hay una confrontación pública debe tenerse especial cuidado en ponderar cualquier argumento. El papel del periodista, del analista político no es tomar partido a favor de ninguno.
Sin embargo, la señora ha comenzado a perder sus facultades mentales. Ha renunciado al sentido común. Ha comenzado a tirar miasma sin medir las consecuencias. Primero fue la acusación de que el gobernador Carlos Joaquín gastaba “millones de pesos” en atacarla en los diarios de Quintana Roo.
Cuando es bien sabido que no gasta ni diez pesos en hacer “política” con los medios.
En Quintana Roo los medios de comunicación se las “ven negras” para conseguir publicidad oficial. Conseguir “hablar” con la señora de la “comunicación”, Haide Serrano, es una odisea y en su “criterio” no está la interlocución con medios y periodistas, antes al contrario.
Supongo que habrá excepciones, pero para quienes son, somos voces respetables, no hay un trato de respeto por parte de Haide. Ni siquiera hay un espacio para exponer motivos, y no porque haya tenido un problema de salud, sino de mucho antes. Con ella no se cuenta para nada. Ni siquiera para dar el mínimo seguimiento a una orden del gobernador.
Un cero a la izquierda no orquesta una campaña política en medios.
A eso hay que sumarle el tema presupuestal.
Por lo tanto, es de locos, de ignorantes supinos imaginar a Carlos Joaquín ordenando “golpes” pagados en la prensa, cuando no tiene, en su gobierno, un operador eficiente para tratar a periodistas y medios.
El problema es que la señora Marybel Villegas piensa que estamos en los tiempos de su “chompiritas” Roberto Borge. Que, él sí, se dedicaba a dar línea, a pagar a seudo periodistas, a “controlar” personalmente los medios mediante dinero. Nada más alejado del carácter de Carlos Joaquín, que, además cuida cada centavo.
Ahora la señorita se fue contra las “redes sociales” por el mismo motivo. Acusó a los portales de Internet, entre ellos “CambioQRR” de mi hijo Bruno Cárcamo, en el ámbito local, de atacarla por dinero que viene de las manos del gobernador.
Miente. Miente con todos sus dientes.
Lo que sucede es que Marybel Villegas va dando tropezones políticos muy graves. El más reciente presentarse borracha o drogada en la Tribuna de los Senadores. Hacer el ridículo sin poder pronunciar palabras, titubeando, tirando los papeles que leía. Y esto quedó grabado en un vídeo que circuló ampliamente en las redes sociales, que reprodujeron todos los portales noticiosos de Internet. Lo que es lícito desde todos los puntos de vista.
Que una senadora de Quintana Roo haga el ridículo es noticia, y las “benditas redes sociales” como las ha llamado López Obrador tienen toda la razón en reproducir sus imágenes. No se necesita, siquiera, comentarios al respecto. Es suficiente con verla borracha o drogada.
La señora Serrano no supervisa siquiera la Ortografía o la redacción de los comunicados de prensa bajo su responsabilidad. Imposible imaginar que tenga la capacidad de orquestar una campaña, pagada, además, contra una mujer, hoy morenista, que se ha caracterizado por su verborrea contra el gobierno.
Carlos Joaquín, ya van más de dos años de su gobierno, jamás toma el celular o te manda llamar para “darte línea”, para pedirte que escribas a favor o en contra de alguien. Ni siquiera para quejarse de un comentario crítico. Él fue víctima de estos usos, corruptos, del poder que lo antecedió, y estoy cierta que los repudia.
Bien haría la señorita Villegas en tragarse sus palabras. O demostrar lo que dice. Mejor haría en dejar de pagar tuits publicitados para acusar. Y, todavía mucho mejor haría en dejar de beber o drogarse o tomar pastillas o lo que sea que haya provocado su bufonesco paso por la Tribuna de Senadores, que seguirá en redes sociales, magnificando su incapacidad supina.