Carlos Joaquín ya dijo, en ese buen discurso del desayuno de la Libertad de Expresión, que pocos estuvieron dispuestos a escuchar y menos a entender, que está en disposición de colaborar con los siete partidos políticos que habrán de conformar el nuevo Congreso. Estos, es decir sus representantes, no han mostrado ya no digamos la mínima disposición, sino siquiera han hecho una demostración de la manera en que podrán trabajar juntos.
La verdad es que ninguno de los diputados locales, tanto los electos como los que llegarán por la vía plurinominal, son realmente miembros del partido político cuyas siglas los llevaron a un escaño. Todos son políticos locales, que tienen cordón umbilical con algún grupo de poder, o que buscan una posición dentro de un esquema futurista personal.
Es decir, no tienen compromiso con la ideología del partido político.
Lo que sucedió, también, con los presidentes municipales que fueron electos por ir en la boleta junto a López Obrador. De ninguna manera José Luis “Chanito” Toledo representa a Movimiento Ciudadano, con su pasado priísta y perredista. Como es el caso de la senadora Marybel Villegas que tiene el record nacional de haber pasado por todos, absolutamente, todos los partidos políticos que existen en el país.
¿Qué intereses representan cada uno de los diputados electos? Que, además, fueron electos por una minoría brutal.
Esa mujer desconocida que será diputada del PRI, de dónde viene, cuál es su historia partidista… Y así nos vamos. Porque tampoco me van a salir con que el señor diputado, que tan triste papel hizo, don Eduardo Martínez Arcila, es un panista de verdad. Un opositor al gobierno morenista, un ideólogo conservador, un modelo de austeridad y honestidad…
Y así nos vamos.
Todos tienen una “Cruz de su Parroquia”. Todos tienen un proyecto de poder, individual o de grupo. Todos están en la rebatinga de lo inmediato…
Por eso, tampoco escuchan cuando el gobernador dice que ya no es tiempo de declaraciones políticas de campaña…