Hasta hace poco era una regla no escrita que el gobernador que llegaba al leer le cubría la espalda a su sucesor, máxime cuando ambos eran del mismo partido.
Así ocurrió durante muchos sexenios con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) donde los mandatarios se sucedían sin que el nuevo hiciera siquiera algún comentario crítico sobre la labor de su sucesor.
Aunque en muchas de las administraciones se dieron todo tipo de excesos, el que el mandatario electo fuese del mismo partido garantizaba impunidad.
Esto ha estado cambiando desde que en la mayor parte del país se ha dado la alternancia, principalmente con el Partido Acción Nacional (PAN).
Un ejemplo de lo anterior es que en los estados donde cambió el gobierno por un abanderado de la coalición “Por México al Frente”, se han denunciado los desvíos de los exgobernadores, algunos de los cuales además ya están en la cárcel.
Casos específicos el de los exgobernadores de Veracruz, Javier Duarte, y de Quintana Roo, Roberto Borge.
Allí los nuevos gobernadores, Miguel Ángel Yunes y Carlos Joaquín, respectivamente, se fueron por la vía jurídica para que sus antecesores pagaran por todos los delitos cometidos contra el patrimonio estatal.
Es así como en Veracruz en abril del año pasado tras casi seis meses prófugo de la justicia, el priista Javier Duarte de Ochoa fue aprehendido en Guatemala, por la Procuraduría General de la República (PGR), en colaboración con la Policía Nacional Civil guatemalteca.
Dos meses más tarde, en junio de 2017, el exmandatario quintanarroenses, Roberto Borge, fue aprehendido en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Ciudad de Panamá, cuando trataba de tomar un vuelo a París.
Se espera que los procesos no solo concluyan con la detención y consignación de los políticos, sino que se logre recuperar el patrimonio de los estados saqueados por ellos y sus cómplices.
Esto no solo es una promesa de campaña, también es una sentida demanda de la ciudadanía que en gran medida votó por el cambio para acabar con esos regímenes caracterizados por el ratocinio y la opresión.
Hasta ahora los gobernadores emanados de la alianza México al Frente han dado muestras de cero impunidad.
Los triunfos de Acción Nacional acabaron con los pactos de impunidad mientras que en los estados donde ganó el PRI este “pacto” sigue vigente.