La milpa como marca registrada

Recientemente se ventiló que los estados de la Península de Yucatán, impulsan el registro de Milpa Maya ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) , en el Sistema del Patrimonio Alimentario Mundial.
La iniciativa en conjunta agrupa a Quintana Roo, Yucatán y Campeche. Busca que se inscriba y registre esta técnica milenaria desarrollada por los agricultores de la península en el Sistema del Patrimonio Alimentario Mundial (SIPAM).
Aunque se concibe como un sistema productivo arcaico, la milpa tiene características sociales, económicas, ambientales y culturales que merecen ser estudiadas, por lo que se busca fortalecerla como una tecnología de producción de alimentos y como todo un sistema de prácticas bioculturales construidas a lo largo de siglos, al ser una práctica que representan conocimientos empíricos invaluables de la relación con la naturaleza.
A pesar de ello hay que revisar las reglas de operación de muchos programas para que reorienten sus acciones hacia la protección del sistema milpa maya y fortalecer la gobernanza y sobre todo la participación de los milperos en las tomas de decisiones sobre el destino y el futuro de las inversiones en su territorio.
Así como, respaldar el mantener la península libre de cultivos transgénicos y promover políticas y medidas para proteger las semillas criollas y nativas.
La milpa maya peninsular es un sistema cultural y productivo realizado por grupos mayas que tradicionalmente ha consistido en el manejo de monte para el establecimiento de cultivos que tienen su eje en el maíz, pero que ahora incluye el uso continuo de una misma parcela en la que establecen semillas criollas mayas, pero también incluyen semillas mejoradas.
La mayoría de los mayas yucatecos contemporáneos viven en la pobreza. El eje de su economía y cultura es la agricultura de milpa, que los jóvenes no encuentran atractiva como opción económica.
De acuerdo al estudio “Milpas de la comunidades mayas y dinámica de uso de suelo de la Península de Yucatán”, cinco millones 954 mil 942 hectáreas fueron determinadas en este formato en tanto que la parcelación individual abarcó un minoritario 30% de la superficie total en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En Quintana Roo, por ejemplo y según el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos, hay 273 núcleos agrarios, todos ejidos y abarcan una superficie de dos millones 733 mil 777 hectáreas (INEGI, 2006); la mayoría (55%) de los núcleos ejidales están localizados en la llamada “zona maya” y su superficie representa el 50% de la superficie ejidal del estado. En 2006, al cierre del PROCEDE, el 98% de la superficie de propiedad social se destinó para uso común (INEGI, 2006). Para 2014, según el Registro Agrario Nacional (RAN, 2014), la superficie con dominio pleno representa el uno por ciento de la superficie de propiedad social y el 62% de la superficie parcelada.
Pero saque usted sus propias conclusiones, punto y final.

Publicado por
Redacción Quintana Roo Hoy