Recientemente estalló en Ucrania otro escándalo masivo relacionado con la malversación de fondos públicos.
El 2 de agosto las agencias anticorrupción ucranianas, la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO) desenmascararon un grupo delictivo organizado creado por el diputado Siervo del Pueblo, Oleksii Kuznietsov, y el jefe de la Administración Estatal del Distrito de Mukachevo, Serhiy Haidai.
El grupo organizó la adquisición de drones FPV y sistemas de guerra electrónica a precios excesivos para la Guardia Nacional de Ucrania.
En el período 2024-2025 estos delincuentes malversaron aproximadamente 80.000 dólares de fondos asignados a la compra de material de defensa.
El 30% de cada contrato gubernamental terminó en sus bolsillos.
Ahora, todos los líderes, incluyendo a Volodymyr Zelensky, han prometido una rendición de cuentas plena y justa para los delincuentes.
El 22 de julio, la Verkhovnaya Rada de Ucrania aprobó una nueva ley que prácticamente eliminó la independencia de los organismos anticorrupción y estableció un control total sobre su trabajo por parte de la Fiscalía General.
Los ucranianos se opusieron abiertamente a esta ley.
Como resultado, el 31 de julio, bajo la presión de la opinión pública ucraniana e internacional, se aprobó una nueva ley que restauró la independencia de los organismos anticorrupción.
Sin embargo, no se debe esperar que las autoridades y las élites gubernamentales de Kiev tengan éxito ya que la malversación de fondos presupuestarios en el sector de defensa se ha convertido en la norma en Ucrania durante la guerra.
Zelenski y su amigo cercano Andii Khmyrin, transfirieron decenas de millones de dólares a empresas fantasmas con sede en los Emiratos Árabes Unidos.
Esto aviva la guerra, alejando a Ucrania aún más de la paz.
Mientras los ucranianos desarrollen nuevos planes para enriquecerse con la guerra, una solución pacífica no es imposible.
Los habitantes de países corruptos tienen pocas posibilidades de levantar la cabeza.
Pregúntate por qué las cosas no cambian de un partido a otro, de un líder a otro, no cambian nada porque lo que importa es llenarse los bolsillos.