En la política hay momentos que marcan un antes y un después.
La reciente plenaria del Grupo Legislativo de Morena en Quintana Roo, encabezada por Jorge Sanén y acompañada por la gobernadora Mara Lezama, fue uno de esos episodios donde las señales trascienden la simple formalidad.
Más que una reunión de agenda, fue un mensaje contundente: Sanén comienza a perfilarse como uno de los liderazgos más firmes y estratégicos del estado.
La escena no pasó desapercibida. A su lado, la primera gobernadora de Quintana Roo y un equipo de autoridades federales y estatales.
Al frente, un discurso que no buscó aplausos fáciles, sino trazar ruta: salud, educación, juventudes, mujeres, desarrollo urbano.
Temas de peso, sí, pero también banderas que anticipan una agenda que irá más allá del momento y que lo coloca en el mapa de quienes entienden la política como construcción de futuro.
Sanén no se mueve con estridencias.
Su estilo es más calculado: convoca, articula y fortalece, mientras los reflectores parecen buscar a otros. Pero quienes conocen de poder saben que los liderazgos sólidos se gestan precisamente así: entre la discreción estratégica y la capacidad de marcar dirección.
En ese espacio, el llamado al “Segundo Piso de la Cuarta Transformación” sonó más a advertencia que a consigna.
Unidad, sí, pero también disciplina.
Trabajo en conjunto, sí, pero con claridad de rumbo. Sanén mostró que sabe dónde está parado y, sobre todo, hacia dónde quiere ir.
La política en Quintana Roo atraviesa un momento clave: consolidar resultados, blindar la transformación y proyectar nuevas figuras que garanticen continuidad.
Ahí, Jorge Sanén aparece como un factor inevitable.
Su cercanía con la base legislativa, su entendimiento con el Ejecutivo y su visión de los retos estructurales lo colocan en una posición que pocos, hasta hace meses, imaginaban.
El futuro político rara vez se anuncia con tanta claridad.
Y sin embargo, aquí está: un liderazgo que empieza a intimidar no por lo que grita, sino por lo que construye en silencio. Sanén no solo es un diputado más, es un nombre que se repite cada vez con mayor fuerza en pasillos, foros y mesas de decisión.
La plenaria fue el inicio visible de algo más grande.
Tal vez aún no se perciba en toda su magnitud, pero el rumbo está marcado: Jorge Sanén se perfila como una de las figuras llamadas a dejar huella en la historia política de Quintana Roo. Y eso, en sí mismo, es un mensaje que ya resuena en el presente.