Samuel Cantón Zetina
@samuelcanton
La tragedia de la L12 del Metro cimbró también la estructura de las candidaturas del canciller Marcelo Ebrard y de Claudia Sheinbaum.
No solo tumbó -como bolos de boliche- a la mayoría de los candidatos guindas en la capital, sino también a los dos mejor posicionados de MORENA para el lejano relevo de AMLO.
Y ellos -sobre todo la Jefa de Gobierno- se muestran lastimados en sus declaraciones.
Ella comentó que su partido perdió por una “campaña de miedo” contra Obrador y la 4T, y por la desinformación ciudadana producto del aislamiento por el virus.
Esos factores -desde su punto de vista- “ganaron” en la metrópoli.
Y aunque no dijo cómo, aseguró que el descalabro electoral “se va a revertir pronto”.
Por su parte, Ebrard precisó que el 24 “todavía esta muy lejos”, y que él está concentrado en su trabajo.
Expresó en su descargo: “… trato de ser, y he sido, un servidor público eficaz”.
AMLO había dicho que “la oposición -por razones fáciles de comprender, agrega el reportero- busca enfrentarlos”.
Claudia Sheinbaum, aunque no dijo cómo, aseguró que el descalabro electoral “se va a revertir pronto”.
No obstante, Sheinbaum no concede respeto a la libre decisión y voluntad de los electores -habrían sido sorprendidos y engañados-, y Ebrard solamente dio la impresión de exhortar a la población a que inclusive en medio de la tormenta, no olvide el trabajo que está haciendo.
No puede sacudirse la culpa (real o mediática) del fiasco de la también llamada Línea Dorada. Todo tiene que ver con la sucesión.
Desde la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador de que tiene posibles sucesores “hasta para prestar”; que en septiembre del 2024 desaparecerá de la escena pública, se retirará a escribir a Palenque contra “el conservadurismo”, y no hablará de política “ni con sus hijos”, hasta su lista de prospectos -De la Fuente, Tatiana, Moctezuma, etc.- donde Ricardo Monreal nunca apareció.
Todo está ligado a la Silla en la que, por humildad, Zapata se negó a ocupar en el acto de firma del Pacto de Xochimilco (1914) con Villa.