Sin dar respuesta a las quejas y denuncias de los trabajadores de diversas secciones sindicales del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que encabeza el interino secretario general Miguel Hernández Limón, la Secretaría del Trabajo y el Centro de Conciliación Federal, acumula más anomalías de las recientes elecciones en 10 secciones que culminan el próximo 7 de diciembre.
Con ello, se complica el panorama en el gremio petrolero, porque las impugnaciones que se han hecho a elecciones unilaterales que manejaron los sempiternos líderes de secciones sindicales, se están convirtiendo en una barrera impenetrable para las autoridades laborales y para María Luisa Alcalde, que ha dejado mucho que desear en su actuación para frenar todos los atropellos a los trabajadores.
Diversas quejas que suman más de 500 y las que se siguen acumulando están en los escritorios del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que comanda Alfredo Domínguez Marrufo, que no ha informado sobre la situación de las elecciones y es el mismo funcionario, que se ha quejado ante dirigentes sindicales de que “la prensa es amarillista”, y pide no hacerle mucho caso, cuando esa dependencia se mueve en el hermetismo y el silencio oficial.
Diciembre es el mes decisivo para observar el panorama que se viene para la elección de secretario general, que ocupe la silla que por tres décadas detentó Carlos Romero Deschamps, conforme a los lineamientos de la Reforma Laboral, pero si las elecciones seccionales están siendo todo un “cochinero”, ya se puede imaginar lo que sucederá en las secciones para elegir al nuevo mandamás del gremio petrolero, donde la maquinaria de los “caciques” ya estará aceitada para defender sus intereses y cotos de poder.