La inauguración el pasado 5 de noviembre del Centro de Conciliación Laboral del Estado de Quintana Roo con la presencia Luisa María Alcalde, el gobernador del estado Carlos Joaquín, la secretaria del trabajo estatal Catalina Portillo y la presidente Municipal Mara Lezama con la presencia de líderes sindicales y empresariales representa el primer paso hacia la democratización sindical y una aplicación real de la legislación laboral en favor de la base trabajadora.
Resulta muy trascendente este paso que se complementa con las acciones legislativas y legales para terminar con la impunidad que representaban las empresas fantasmas y factureras, las pagadoras también llamadas “outsourcings”, diseñadas con la clara intención de quitar obligaciones en materia laboral e impositiva.
Desde el pasado 3 de noviembre entro en vigor la segunda etapa de la Reforma Laboral, en beneficio de 863 mil trabajadoras y trabajadores de Quintana Roo a través de la implementación de un nuevo modelo laboral en el cual los trabajadores tienen la posibilidad de elegir a sus líderes sindicales.
Tan sólo en este tópico, la clase trabajadora de México logra deshacerse de décadas de dictaduras e imposiciones de sujetos que se hicieron ricos de la noche a la mañana a través de la negociación con los intereses de los trabajadores.
En este esquema de sindicatos y dirigentes “charros” o vendidos, los trabajadores de nuestro país vieron caer sus percepciones económicas y sus derechos, al extremo de tener que soportar que sus dirigentes sindicales se convirtieran en diputados o senadores, únicamente para votar en favor de modificaciones a las leyes, siempre en detrimento de la clase trabajadora.
Además, se acaban los líderes sindicales vitalicios, a fin de que se cumpla con una justicia pronta y expedita en favor de la clase trabajadora, se tendrá la posibilidad de resolver los asuntos laborales en conciliación y en su caso, en un plazo no mayor de 45 días.
Antes de estos cambios, los asuntos podían llegar a resolverse 8 años después. En beneficio de una auténtica justicia laboral, primero se trabaja en la pretensión de conciliar los intereses de ambas partes con un acuerdo, pero, si aún así, la parte que demanda justicia no está de acuerdo, entonces se inicia un juicio laboral.
Todo esto permite que se acabe con la intermediación de tantas personas, que el beneficio económico que tendría que obtener el trabajador, se diluya en tantas manos, o, pero aun, que la parte demandada negocie con abogados y funcionarios públicos, a fin de quedar impune y seguir explotando a sus trabajadores, sin consecuencias legales por ello.
En especial en Quintana Roo, los sindicatos representaron todas esas prácticas que han dejado en plena indefensión a la clase trabajadora y peor aun, los intereses económicos de algunas empresas, han engordado a muchos funcionarios y dejado en la ruina a muchos trabajadores.
Pero no es el caso de todas las empresas, en Quintana Roo existen muchas empresas muy responsables que, sin embargo, han sido víctimas de esos dirigentes sindicales, a través de la presión y el chantaje.
En hora buena para todos, por estos cambios.