Año con año, el 8 de marzo, se conmemora a las mujeres a nivel internacional, reconociendo su gran labor y el camino que han trazado para generaciones futuras. Sin embargo, en este mes de profunda reflexión también hay que reconocer que aún existen grandes desigualdades entre hombres y mujeres, y que en el mar de retos que aún tiene que atender nuestro país, una prioridad debe ser garantizarles a las mujeres una verdadera participación y acceso igualitario a las oportunidades.
Estoy convencida que cuando más mujeres participan en la vida pública de un país se tiende a propulsar su crecimiento. Esta es una opinión respaldada por varias instituciones internacionales, entre ellas la OCDE, el Banco Mundial, la OIT y el FMI; mismas que han señalado que el aumento de la participación femenina trae innumerables beneficios, especialmente económicos.
Nuestro país ha avanzado significativamente en materia de género en los últimos años. Según el informe “Brechas de Género 2018” del WEF, México logró posicionarse en el lugar 50 de 149 países en el ranking general; escalando ¡31 escaños en comparación a 2017! No obstante, la problemática de desigualdad ha resultado en un peor posicionamiento del país en los subíndices de Participación Económica y Oportunidades en la Fuerza Laboral, pues en estos caemos a los lugares 122 y 124, respectivamente.
Es por eso que, en aras de atacar puntualmente esta problemática, he registrado dos iniciativas que durante años han enfrentado una fuerte oposición. La primera busca transparentar y alcanzar, en un periodo de 5 años, una representación del 30% de mujeres en los Consejos de Administración de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, y la segunda, dirigida en ese mismo sentido, pero correspondiendo a los órganos de gobierno de las Entidades Paraestatales federales.
Como legisladora, economista, pero especialmente como mujer y madre, estoy convencida que es el momento de trabajar en favor de una verdadera agenda de transparencia, igualdad e inclusión, principalmente en temas económicos. Es hora de celebrarnos, pero también de aportar a nuestro crecimiento, porque somos fuerza, amor, familia, vida, compromiso, trabajo y profesionalismo ¡Ser mujer, sencillamente, lo es todo!