Para modernizar la administración pública es prioritaria la profesionalización de los servidores públicos. Estoy convencida de que el despido masivo de funcionarios en cada cambio de administración debe terminar. Siendo que el centro de la función pública es el ciudadano, no se puede olvidar el papel de los servidores públicos y su profesionalización, para así poder alcanzar un México moderno e incluyente.
Según el índice internacional de competitividad, México se posiciona en el lugar 108 de 137 países en términos de desempeño del sector público. Esto significa que estamos en el nivel más bajo, incluso peor que países como Uganda y Sierra Leona.
Necesitamos una Ley General de Profesionalización. Ésta, contrario a buscar la disminución de sueldos, debe centrarse en estimular el buen desempeño. Asimismo, debe establecer un perfil de puestos de trabajo y un esquema de evaluación, que filtre a los malos funcionarios, mismos que deberán ser removidos.
Junto con la profesionalización, debe haber salarios justos para los servidores públicos; por eso impulsé la Ley Federal de Igualdad, Proporcionalidad y Transparencia de las Remuneraciones, de la cual fueron retomados varios conceptos en una iniciativa de reforma a la ley vigente que impulsamos los diputados federales. Sin embargo, a pesar de esto, el gobierno federal autorizó una reducción de sueldos de más del 40%, afectando a miles de trabajadores, y ahuyentando la atracción de nuevos talentos.
Estoy convencida que para hacer de México una nación competitiva es necesaria la profesionalización del sector público.