La participación de las mujeres en la vida pública de un país es uno de los temas más importantes dentro del contexto nacional e internacional. Como mujer y funcionaria pública, de primera mano he podido constatar los grandes beneficios que emanan de la participación femenina en los procesos de toma de decisiones y su impacto en el crecimiento económico. Reconozco que México ha logrado avances relevantes en esta materia, pero también hay que darse cuenta que aún queda mucho trabajo por hacer.
Afortunadamente, la necesidad de atender este tema está en el centro de la coyuntura política nacional. Después de un intenso debate, el Senado mexicano aprobó una reforma a la Constitución en aras de garantizar que exista la paridad de género en los tres órdenes de gobierno; ¡un logro enorme! Ahora, será tarea de nosotros los Diputados Federales, asegurar un futuro incluyente para todas las mexicanas.
La importancia de esta iniciativa no es menor, ya que el empoderamiento de las mujeres es vital para el desarrollo de un país. Según la OCDE, cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen de manera exponencial. También estudios de ONU Mujeres han revelado que la participación femenina en la economía aumenta la productividad y la igualdad de ingresos; algo que desesperadamente necesita nuestro país.
Por otro lado, está la cuestión de la seguridad. México es uno de los 20 países con la tasa de feminicidios más alta del mundo, según la CEPAL. En lo personal, esto es más preocupante, ya que mi estado, Tabasco, ocupa uno de los primeros lugares en esta materia a nivel nacional; un reflejo más del infierno por el que están viviendo mis paisanos. Dada esta situación, quisiera exhortar a las autoridades locales a que se establezca la Alerta de Género en nuestra entidad, y se discuta con mucha seriedad políticas públicas que mitiguen la zviolencia de género.
Como mujer que forma parte de la vida pública de nuestro país, estoy convencida que somos nosotras las que debemos impulsar cambios que promuevan la inclusión. México se encuentra en el momento preciso, con un Congreso que por primera vez en la historia es casi paritario y con mujeres decididas a hacerlo realidad. Celebro la disposición del Senado de dar el primer paso hacia una verdadera equidad de género, ahora está en nuestras manos, ¡no les fallaremos!