Petróleos Mexicanos (Pemex) ha tenido que enfrentarse a grandes desafíos, desde peores perspectivas en su nota crediticia hasta su incapacidad de cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores.
Sin duda, el plan del gobierno federal entorno al rumbo de la empresa no está generando confianza en los inversionistas, algo que innegablemente podría poner en riesgo una parte importante de los ingresos del país y la reactivación económica de estados petroleros, como Tabasco.
Pemex se ha distinguido internacionalmente como la empresa petrolera más endeudada. La principal razón por la cual Fitch Ratings, y de manera más reciente Moody’s, han degradado la perspectiva de su calificación a negativa, es porque, por décadas, la utilidad generada en comparación con sus pasivos, es realmente baja. Sin embargo, es posible destacar dos buenas noticias.
Primero, está el plan de inyectar de recursos a la empresa por 107 mil millones de pesos en 2019, un incentivo que le permitirá transitar este año con flujo de capital. Segundo, se logró detener la discusión de un dictamen que reformaba la Ley General de Pemex, mismo que iba en sentido contrario a las mejores prácticas de gobierno corporativo.
Porque aún veo potencial en la empresa productiva, es que insisto en la prioridad de las siguientes acciones: 1) iniciar una abierta y transparente búsqueda de los consejeros independientes faltantes, que le imprima profesionalismo y experiencia al Consejo de Administración; 2) reactivar las rondas petroleras para encontrar nuevos socios y aumentar la rentabilidad de sus operaciones; y, 3) explorar nuevos contratos de riesgo compartido, mismos que sean más atractivos para la industria pero que protejan nuestra soberanía energética.
Pemex aporta casi el 30% de los ingresos de la nación, por tanto, de su salud financiera dependen 1 de cada 3 kilómetros de carreteras construidas, o 1 de cada 3 pesos para programas sociales que atienden a los más necesitados. Ese es el tamaño de la responsabilidad, y es por eso que su operación estratégica y profesional debe ser una tarea prioritaria de expertos, no un juego de novatos.