Por primera vez, el Presidente de la República le entregará a la Cámara de Diputados, para su discusión y aprobación, el Plan Nacional de Desarrollo. A pesar de que apoyo la cruzada contra la corrupción de esta Administración, el Plan Nacional tiene que atender más que sólo eso, siendo específico en las acciones que promuevan crecimiento económico, inversión y estabilidad. Frente a la ola de malas decisiones de política pública de los últimos meses, este Plan debe constituirse como una brújula que le de dirección al país; de lo contrario, más que un plan, será un desatino más.
El Plan Nacional tiene como objetivo trazar el rumbo de las políticas públicas que impulsará el gobierno; desafortunadamente, sexenio tras sexenio, este se ha transformado sól en un cúmulo de buenos deseos. Por esta razón, quisiera aprovechar este espacio para hacer notar ciertos elementos que necesita nuestro país para prosperar.
Primero: Los proyectos de inversión deberán cumplir con todos los criterios de Ley, es decir, deberán contar con todos los estudios de factibilidad y tener, por lo menos, tasas internas de retorno del 10%; esto, en aras de que no pongan en riesgo las finanzas nacionales, como es el caso del aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas o el Tren Maya.
Segundo: Debemos impulsar la creación de órganos que aseguren la estabilidad económica. Mi recomendación, es retomar la figura de un Consejo Fiscal independiente, así como la creación de una agencia para la planeación nacional de la infraestructura, la cual deberá evaluar y emitir recomendaciones especializadas sobre los proyectos de inversión pública.
Y tercero: Tenemos que asegurar el fortalecimiento, ¡no desaparición!, de programas que ya hayan demostrado su efectividad, como el de las Zonas Económicas Especiales; la atención al emprendedurismo; así como la reanudación de una política integral al turismo.
Si el gobierno verdaderamente pretende establecer una meta del 4% de crecimiento, en la Cámara de Diputados tenemos que recibir un plan inteligente y con rumbo.