El Artículo 25 de nuestra Constitución establece que el estado debe velar por la estabilidad de las finanzas públicas y a su vez generar condiciones favorables para el crecimiento económico; sin embargo, no se tiene, con toda claridad, un órgano que se encargue de esta importante tarea.
A pesar de que instituciones como la SHCP y el Banxico juegan un rol primordial en el mantenimiento de las finanzas públicas sanas, es necesario reconocer la necesidad que existe de tener un órgano técnico y del más alto nivel, cuya principal tarea sea velar por la estabilidad y la inclusión.
En aras de alcanzar este objetivo, esta semana presentaré, ante la Cámara de Diputados, la iniciativa con proyecto de decreto por la que se expide la Ley que crea el Consejo Hacendario de la federación. Este Consejo contará con las siguientes características: 1) estar adscrito a la Cámara de Diputados; 2) ser un órgano con autonomía técnica y presupuestal en el ejercicio de sus atribuciones, y; 3) estar compuesto por ciudadanos que poseen conocimientos técnicos y especializados.
Adicionalmente, este Consejo tendrá que cumplir al menos con tres funciones para asegurar su efectividad: deberá asumir toda tarea que, actualmente, tenga encomendada el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas; realizará el análisis y la evaluación del paquete económico, así como de las propuestas legislativas, previas a su aprobación, y monitoreará la regla fiscal vigente, recomendando a su vez si esta se debe endurecer o flexibilizar. Desafortunadamente, las primeras decisiones de política pública de este gobierno han ocasionado un fuerte golpe en la confianza que tienen los inversionistas, desacelerando, a su vez, el desarrollo económico y la generación de empleos.