El tema de la inclusión en nuestro país debe ser impulsado y defendido a toda costa. Siempre he insistido en que debemos tener una sociedad más igualitaria y participativa en todos los sectores. Sin embargo, es claro que aún queda mucho por hacer para consolidar el México que nos merecemos.
En ese sentido, esta semana presenté una iniciativa cuyo objeto es la incorporación de la perspectiva de género en la Ley General de Desarrollo Social. Esta iniciativa más allá de buscar la transformación de las estructuras sociales desiguales que existen; pretende fomentar el empoderamiento económico de la mujer, impulsar una economía incluyente desde el gasto público y establecer, como principio de la política de desarrollo social, la “transversalidad”.
No podemos tener desarrollo social sin la inclusión de todos en la actividad económica, pero en especial, no se puede hablar de una economía incluyente, sin considerar los temas de género. Según la OCDE, la adición de mujeres a la fuerza de trabajo conlleva a un crecimiento económico más acelerado, con empresas encabezadas por mujeres registrando un retorno de capital 44% mayor que aquellas lideradas por hombres.
Adicionalmente, el Banco Mundial y el “World Economic Forum” han señalado que la fuerza laboral femenina puede aumentar el PIB nacional, como se ha visto en Japón y la India.
Según la OIT, la desigualdad laboral es un grave problema, particularmente en regiones marginadas como América Latina, donde, según la ONU, es 54% más probable que sean las mujeres las que trabajen en el sector informal de la economía.
Es por eso que es indispensable que luchemos por incorporar la perspectiva de género en el gasto público, que busquemos transformar las estructuras que regulan estos aspectos y que tomemos acciones afirmativas que permitan la participación y la paliación de la desigualdad existente.
Como mujer y servidora pública estoy convencida que los enfoques participativos, exigen, no solo una representación equilibrada, sino que requieren la creación de las condiciones necesarias para que las estrategias de desarrollo social en verdad atiendan a los ciudadanos.
A unos días de que se presente el presupuesto 2019, debemos asegurarnos que la política y el gasto social tengan una visión de inclusión económica, ya que ¡apostarle a la inclusión, es apostarle con efectividad a México!