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El nuevo AMLO

POR DEMIAN DUARTE

Mucho llamó la atención el momento que protagonizó el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado domingo en Lerdo, Durango, a donde fue en busca de consenso para el plan “Agua Saludable para la Laguna”.

Dijo a productores, gobernadores, activistas y ciudadanos que no está dispuesto a ser rehén de nadie y les puso un plazo perentorio para ponerse de acuerdo y retirar los amparos que ya se promueven contra esa inversión en infraestructura por más de 10 mmdp.

También manifestó que no está dispuesto a pasarse los meses que tiene por delante en tribunales, luchando contra esa práctica recurrente de ampararse para dilatar los procesos, las obras y los proyectos.

AMLO está por cruzar el meridiano de su sexenio y aunque su proyecto transformador avanza, comienza a ver con preocupación cómo intereses políticos y económicos buscan imponerse como obstáculos.

¿Quién en su sano juicio se opone a un proyecto de infraestructura, que además de fuerte inversión y empleos traerá beneficios a la salud de todos?

La respuesta son los intereses que buscan beneficios en metálico o partidista, sin embargo, el país no puede esperar.

El presidente dijo: “Ya no es el tiempo en que el gobierno estaba secuestrado, tomado al servicio de minorías; ahora el gobierno que represento es un gobierno del pueblo y para el pueblo, mi único amo es el pueblo. No soy un sirviente de potentados, represento a todos, a ricos y a pobres”.

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Así de claro, así de fuerte y además agregó que a su juicio el Poder Judicial está podrido, por lo que no está dispuesto a aceptar que obras suyas, que apenas inician sean frenadas, por lo que o se ponen de acuerdo y retiran los amparos, o los recursos se van para otra parte. AMLO no puede ser rehén de personas o de grupos por poderosos que sean, por influyentes que sean, por combativos que sean, sentenció.

Publicado por
Redacción Quintana Roo Hoy