Aun cuando Cancún, el epicentro de la pandemia en Quintana Roo, se mantiene rojo en el semáforo sanitario, con una curva peligrosa de contagios por coronavirus y que el destino es altamente sensible por depender de la movilidad de turistas nacionales y extranjeros, y que aún hay restricciones para viajar a nivel mundial, hoteleros locales desafían las condiciones y anuncian el inicio de la reapertura de hoteles para el próximo 12 de junio.
Muchos de ellos, ni siquiera se han certificado para operar y adoptado los protocolos sanitarios de la llamada nueva normalidad y muchos menos están preparados para recibir a turistas que vengan de otras latitudes y que serán por ahora un “foco rojo”, un riesgo inminente de propagar el virus y generar un nuevo brote que sería muy grave y dañino para la imagen del destino.
muchos países de europa mantienen cerradas sus fronteras, estados unidos y canadá nuestros dos principales mercados turísticos, ampliaron las restricciones para viajar a sus connacionales un mes más como medida preventiva.
no hay visas, ni permisos para viajar fuera de estos países por placer a menos que sea por viajes con motivos de trabajo o esenciales y tampoco hay aún la conectividad aérea para que turistas internacionales vengan el próximo mes ya a vacacionar a nuestros destinos del caribe mexicano. está claro que no hay condiciones, y que ni el aeropuerto internacional de cancún cuenta con los filtros sanitarios suficientes y efectivos que permitan monitorear a miles o millones de turistas que entran anualmente a cancún, riviera maya, cozumel y resto de quintana roo por esa puerta.
Un claro ejemplo de que todavía no hay condiciones, para la movilidad del turismo a nivel internacional, es la parálisis de la industria de cruceros que mueve a miles de turistas y que todavía no dan fecha para regresar a cozumel, mahahual y otros destinos del mundo.
No se trata de una decisión caprichosa o aventurada, sino de generar las condiciones técnicas y humanas para poder recibir al turismo con todas las medidas preventivas y sobre todo las garantías de que turistas y trabajadores de la industria de la hospitalidad estén seguros.
Empleados de la hotelería no pueden exponerse y morir por contagios del letal virus en sus centros de trabajo como ocurre ahora en los hospitales de cancún con el personal médico por falta de insumos y equipo. previo a la pandemia, en quintana roo se cometieron errores, hubo una reacción tardía y el aeropuerto internacional de cancún nunca se cerró a pesar de ser la puerta de entrada de miles de visitantes que pudieron traer el mortal virus.
La pandemia golpeó inicialmente a países de asia y europa, hubo tiempo suficiente para prevenir o restringir el flujo turístico hacia nuestro destino pero no se hizo, fueron los países europeos quienes cerraron sus fronteras y sus cielos a la industria aérea, lo cual disminuyó el tráfico turístico hacia el caribe mexicano.
A pesar del peligro sanitario, el aeropuerto de cancún se mantuvo abierto no solo a vuelos de europa, sino de estados unidos, de ciudades como nueva york, donde el virus mató a miles y se convirtió en una pesadilla para los estadunidenses.
Hubo evidentemente una irresponsabilidad de quienes tienen las potestades para cuidar y garantizar la salud y la vida de los quintanarroenses.
El #quédateencasa y el ¡no salgas!, fue solo para la gente local, no hubo restricciones para los viajeros que durante todas las etapas de la cuarentena y la jornada de sana distancia siguieron llegando. cancún y playa del carmen, donde se mueven los visitantes, concentran el 90 por ciento de los infectados y muertos, en solo dos meses de pandemia, en quintana roo se han infectado mil 683 personas, de las cuales mil 234 fueron en cancún y 271 en solidaridad, mientras que la cifra de muertos por covid 19 en el estado alcanzó este martes los 304 fallecidos, un promedio de cinco diarios.
Las estadísticas de muertes y contagios en quintana roo siguen altas, no podemos relajarnos y muchos menos abrir las puertas al turismo sin los protocolos y medidas restrictivas que garanticen la seguridad de trabajadores y visitantes, aun así que el turismo sea declarado una actividad esencial.