La alarmante declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de clasificar como pandemia el coronavirus, prendió los focos rojos de todos los sectores sociales de México, porque podríamos enfrentar al igual que otras naciones que ya están en suspensión de actividades masivas para evitar el contagio, repercusiones económicas por la posible expansión del virus.
Cuando menos en Cancún, por ese mal, ya se postergó la realización de la 20 Cumbre Mundial de Turismo que se celebraría del 23 al 26 de abril próximo y en la que participarían más de 100 países.
Y para hacer más dramática la situación emocional, ayer se anunció la cancelación del tradicional Tianguis Turístico que por vez primera se realizaría en Mérida. Lo más grave de todo, es que por la pandemia, podrían acumularse cancelaciones o bien, programaciones posteriores de eventos de talla universal que se celebran en nuestro país como el Gran Premio de México y otros más, si persistiera el mal, aunque en nuestra nación, la llamada Covid-19 aún está controlada.
Se sabe que la organización y celebraciones de certámenes cuestan muchos millones de pesos que se recuperan con la venta de todo tipo de artículos y alquiler de locales. Sin embargo, aunado a lo relatado, México enfrentaría una grave crisis económica por el desplome de los precios internacionales del petróleo a niveles ridículos, así como el alto costo del dólar que hasta ayer se adquiría a más de 21 pesos mexicanos, por el tipo de cambio impuesto por los mercados bursátiles.
Si bien es cierto que el sector salud de México ya ha adoptado precauciones y programas para evitar mayores contagios y aunque nuestro país estuviera fuera de esa pandemia, la crisis económica será inevitable si en los certámenes previstos y de no cancelarse, solo vinieran la mitad o menos de las naciones inscritas y participantes. Y es que a partir del miércoles pasado cuando la OMS a través de su director general, Tedros Ghebreyesus, esgrimió en una conferencia de prensa estar muy preocupado por los niveles alarmantes de la propagación del virus y de inacción, países como Italia y España decidieron cerrar todos los centros de reunión masiva y todas las actividades deportivas, para prevenir el contagio.
Luego de ese pronunciamiento. se iniciaron en México, acciones a fondo, con el único objetivo de que la crisis económica que ya amenazó a todos por igual, no repercuta de manera grave en los principales sectores de la sociedad, que ha visto perder oportunidades de desarrollo y cuando menos de estabilidad financiera en los meses subsecuentes de este 2020.
La posición extrema de la propia Organización Mundial de la Salud al enfatizar una y otra vez que el coronavirus es un problema global y que todos los países tendrán que poner mucho de su parte para combatirlo, nos hizo reflexionar a todos por igual. Aun recordamos aquellos tiempos de aquel fatídico abril del 2009, el 30 para ser precisos, cuando se festeja en México, por tradición, el Día del Niño, que el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón decidió aplicar a todos por igual y a los más de 120 millones de connacionales que éramos entonces, Paro Nacional por los casos de Influenza que se registraron en varias partes del país. En ese entonces -a 11 años de esa medida draconiana que costó la pérdida de miles de millones de pesos- dejaron de venir a los destinos turísticos de playa más importantes del país como Cancún, Acapulco, Puerto Vallarta, Puerto Escondido, Los Cabos, Mazatlán, entre otros.
Ahora con la declaración universal de Tedros Ghebreyesus, que puso a temblar a todos por igual, aseguró en su alocución que la pandemia puede y debe ser controlada con severidad.
El responsable de la OMS pronunció firme que esa organización y la humanidad en su conjunto estar muy preocupados por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, así como por los alarmantes niveles de inacción que ya afectaron la buena marcha del universo. Ahora a esperar que no se propague el mal en nuestro país. Esperamos que así sea.