Tuvieron que transcurrir 14 meses para que el presidente Andrés Manuel López Obrador se convenciera de adoptar medidas de apremio, para que México crezca a cuando menos 2 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en este 2020, que se vislumbraba más austero que el recién pasado donde nuestra economía se quedó estancada, sin la planificación de nuevos derroteros.
El Jefe del Ejecutivo federal decidió convocar a su gabinete legal y ampliado para reiterarles que pese a los malos augurios, existen en el país condiciones para que la economía crezca de manera favorable, sin restarle a nadie oportunidades de desarrollo ni de apoyos que ejerza el propio sistema, por ejemplo.
En Palacio Nacional, López Obrador encabezó la creación del llamado Gabinete para el Crecimiento Económico, que coordinará el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, quien ha insistido en reunir al mandatario con empresarios regiomontanos que están dispuestos a invertir en la nación como lo hicieron en años recientes. En la reunión, apuntó, ahora hay condiciones favorables para que al final del año se cumpla con el objetivo primordial de hacer crecer los índices del propio PIB que durante el año pasado quedaron sin movimiento.
Con la creación del Gabinete Económico, López Obrador tuvo que aceptar que estuvo errado en cuanto a sus “datos” financieros y en el crecimiento económico del país, por lo que tuvo que echar marcha atrás a lo que declaró que hasta finales de diciembre, no adoptaría medidas de apremio para crecer el Producto Interno Bruto. Asimismo, debido a los recortes de presupuestos que llevó a cabo en el sector salud, con consecuencias irreversibles para miles de connacionales, el titular del Ejecutivo federal aceptó que solamente con la creación de esquemas viables, México podrá alcanzar otros objetivos de estabilidad económica.
Y sabe también que a partir de la firma y posterior ratificación del T-MEC pueden observarse ya que en diversos rubros, puntales de la macroeconomía, existen finanzas sanas, un peso fuerte y baja inflación, así como de lo que reitera de forma constante, la honestidad, paz y gobernabilidad. Sin duda, con las designaciones del propio AMLO, a partir de hoy, las tareas del multicitado Gabinete serán las de promover el desarrollo económico para alcanzar cifras importantes, así como la creación de empleos donde el crecimiento del país alcanzará rubros de relevancia nacional, como aconteció en anteriores regímenes.
Tras el revés financiero de cero crecimiento en 2019, el objetivo del tabasqueño cambió de manera sensible y por ello mencionó a los integrantes de su gabinete que la meta es crecer al 2% y aspirar llegar al 4% tras las medidas que se adoptarán para atraer inversiones extranjeras, que en el pasado gubernamental fueron determinantes para llegar a índices de aceptación en el PIB.Así sin tanto protocolo y con la reflexión de que en sus primeros 13 meses de gobierno no logró tranquilizar a los inversionistas, López Obrador dio ayer un paso de relevancia para “calmar las aguas” de sus detractores que no creen en su regimen, ni en él ni en sus dichos.
Tuvo que echar reversa y enmendar el camino. No existen otros objetivos ni condiciones de sorpresa, sacados de la chistera para hacer crecer las finanzapúblicas: sólo las inversiones sustentables “hacen el milagro”.