La mayoría de los crímenes están descritos en nuestras leyes, como los códigos penales. Cuando ya están escritos ahí y alguien va en contra de las leyes se convierte en delito. Para algunos de nosotros estos conceptos lo entendemos mejor como las “lagunas de la ley”.
Hace unos días, se reveló “Pandora Papers” una filtración de 12 millones de documentos financieros de miles de personas y sus operaciones en “paraísos fiscales”. Los paraísos fiscales son países dónde la creación de empresas y los impuestos son tratados de forma suave, es decir, es fácil crear una empresa y los impuestos son bajos. Estos territorios llamados paraísos fiscales son Ultramar, Islas Caimán, Suiza y Singapur.
En esta filtración se reveló que personajes como presidentes de América latina, líderes religiosos, artistas, empresarios y políticos ocultan su riqueza. Lo interesante es el mecanismo que utilizan para lograrlo a través de la creación de empresas secretas, mecanismos financieros y transacciones poco comunes. Pero ¿esto significa que están cometiendo algún delito?, legalmente, no; entonces la pregunta correcta es ¿por qué quieren ocultar esto?, porque es muy posible que esa fortuna provenga del crimen o quieran evitar pagar impuestos (lo que sí es un delito).
Dentro de los personajes involucrados, hay más de 3 mil mexicanos (que, por cierto, aparecieron dos quintanarroenses). Todo esto impacta nuestra economía, ya que, al no recibir impuestos de esas grandes cantidades de dinero y patrimonios, se convierte en menos recursos para atender a las demandas sociales. Imagínate a cuantas personas podrían ayudar 8 mil millones de pesos, cuantos tratamientos médicos, carreteras nuevas, mejoras de infraestructura podría haber.
En países como Ecuador, está prohibido que los políticos tengan empresas o cuentas bancarias extranjeras para evitar “malentendidos”, tal vez sería bueno que se aplique en México. La sociedad mexicana debe observar de cerca este suceso, a grandes rasgos, nos afecta a todos.