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Murat: ofrenda prosódica a Peña

El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, ofreció ayer a Enrique Peña Nieto una singular oportunidad de reconfortamiento prosódico y conceptual, casi una ofrenda (aunque, ha de reconocerse que, tanto en su campaña electoral, como ya en el gobierno local, Murat ha estado ensayando con aplicación en ese terreno de la vocalización fallida).

Así que, utilizando el participio “abrido”, se emparejó con camaradería gramatical a la pifia del “volvido” que días atrás había dicho el ocupante de Los Pinos, durante una conferencia “magistral” en París.

Pero no fue ese el único momento de desatino verbal, pues el mencionado Murat Hinojosa sometió varias palabras más a distorsiones en su pronunciamiento, lo cual pocas veces solía escucharse en actos públicos de primer nivel.

(https://goo.gl/bszptx)

Así va la degradación, hasta en la emisión sonora, de los políticos mexicanos de estos tiempos tan trágicos: del “ler” de Aurelio Nuño al “volvido” de n y, ayer, el “abrido” de Murat (más otros “prenunciamientos” parecidos), y su insistencia en ofrecer a EPN una “solidaridad solidaria” (¿habrá solidaridades que no sean solidarias?).

Sin embargo, los yerros de estos políticos han servido para quitar reflectores a temas profundos y polémicos, muy al estilo de Vicente Fox, quien parece y parecía cometer torpezas declarativas por limitaciones personales pero también para distraer la atención de lo esencial.

Ayer, en Oaxaca, Peña Nieto dio un paso más en el proceso de máxima privatización de tierras y recursos naturales a cuenta de las llamadas Zonas Económicas Especiales, que abren el camino a la inversión privada multimillonaria mediante mecanismos absolutamente ventajosos para tales empresarios.

Con la bandera de atemperar la desigualdad entre los dos Méxicos más evidentes, el del norte y el del sur, y de crear empleos y “desarrollo”, la tecnocracia rapaz ha diseñado el programa de las Zonas Económicas Especiales, que irán generando mayores protestas populares en la medida en que vaya quedando más clara su naturaleza depredadora.

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Por cierto, en esta visita a Oaxaca, Peña Nieto reconoció que no ha cumplido el 40 por ciento de sus promesas de campaña, firmadas ante notario público, pero dijo confiar en que en 2018 habrá cumplido con el 97 por ciento de ellas.

Mientras tanto, al anotarse como precandidato presidencial ante el Partido Encuentro Social (PES), Andrés Manuel López Obrador fue más allá de las palabras protocolares en que pudo haber quedado y proclamó su identidad con esa organización a la que incluso buscó quitarle la muy bien ganada etiqueta de ultraderechista: “no hay diferencias de fondo en lo político, en lo ideológico, entre lo que represento y lo que inspira a Encuentro Social”.

Con preguntas y respuestas de sí mismo, planteó que en los últimos 30 años ha habido funcionarios y partidos que han actuado con criterios de ultraderecha (como si ello eximiera al PES de su textura también ultraderechista, e incluso como si ese partido y sus dirigentes no hubieran colaborado con esos funcionarios y partidos).

En la reunión con el PES, en la que estuvo presente el precandidato a gobernar Morelos, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, López Obrador dijo que buscará un diálogo “ecuménico” entre las diversas religiones e inclusive los no creyentes.

El presidente del PES, Eric Flores, dijo que su agrupación es cien por ciento juarista, aseguró estar de acuerdo con un estado laico (pero no ateo) y demandó que no haya un estado jacobino sino uno en el que “reconozcamos que hay un Dios y que lo podamos hacer públicamente”.

El modelo de defraudación electoral exitosamente practicado en el Estado de México este año ya tiene quien lo coordine, con plena experiencia, en el equipo de José Antonio Meade: luego de dos meses exactos de incómoda estancia como delegado, en funciones de presidente, del comité del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México, el exgobernador Eruviel Ávila dejó el cargo chilango y de inmediato fue designado vicecoordinador de la campaña del mencionado Meade.

Para relevar a Eruviel Ávila fue nombrado el exgobernador de Hidalgo, José Francisco Olvera Ruiz (Pachuca, Hidalgo, 1956), quien fue secretario general de gobierno con Miguel Ángel Osorio Chong y ya colaboraba en tareas de campaña con Mikel Arriola, el exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que así queda con el pleno control de la estructura priista de su ámbito. Olvera es un político tradicional, con un abanico de denuncias en su contra, que no han pasado el tamiz judicial. Los perfiles presuntamente modernos de Meade y su amigo Arriola tendrán ahora, en planos operativos, a expertos en las artes tradicionales del priismo en materia electoral.

Astillas: Con justa razón, partidos opositores al PRI impugnan el nombramiento de Lizandro Núñez como titular de la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral.

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Núñez es señalado por su cercanía con el PRI, con José Antonio Meade y con Alfredo del Mazo. Esa Unidad es clave, como lo demostró el reciente caso del coahuilense Miguel Ángel Riquelme, salvado, mediante malabarismos contables, de perder la gubernatura…

Cada vez es más alto y sonoro el asombro internacional ante la socarrona aprobación en México de una ley marcial para presunta seguridad interior, cuyos graves riesgos son evidentes…

Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, también se ha sumado a las voces que solicitan a Peña Nieto que haga “observaciones” y deseche en todo o en parte dicha ley, para que regrese a las cámaras y pueda darse un proceso de análisis y debate verdaderos… Donald Trump, en tanto, ha incluido la construcción del muro con México entre los puntos importantes de su plan de seguridad nacional…

¡Hasta mañana, con el aviso de que esta columna dará descanso a sus lectores, del 25 de diciembre de este año al 8 de enero del entrante!

Publicado por
Julio Hernández López