La confrontación de las cúpulas empresariales con el candidato puntero en las encuestas se instala puntualmente en el guión táctico que busca causar miedo entre votantes y ciudadanos mexicanos en general. No solo el crimen organizado y la consiguiente violencia desbordada en todo el país amenazan con obstruir o descarrilar el proceso electoral, cuando menos en determinadas regiones: el oportuno clima de temor que beneficiaría al partido en el poder, o a la alianza final que llegara a hacer con el anayismo (PAN-PRD-MC), también pasa por la agudización de los problemas económicos, para impulsar la tesis conservadora de que sería mejor conservar las cosas como están, en lugar de experimentar con una opción que podría causar depreciación del peso, cancelación y retraimiento de la inversión, sobre todo la extranjera, pérdida de empleos e inflación. El petate del muerto, en versión de cuello blanco, adecuadamente utilizado en tiempos electorales.
A pesar de los esfuerzos de López Obrador por mostrarse conciliador e incluso en reversa en ciertos temas controversiales, en el choque con la élite empresarial ha sostenido tesis primarias de la izquierda, en cuanto a la adecuada repartición social de la riqueza producida y al papel vigilante y protector que el Estado debería asumir ante desajustes o abusos en contra de las clases populares. El ala más derechista de la amalgama formada por López Obrador (Alfonso Romo, en particular) ha parecido descolocada ante el énfasis del tabasqueño en sostenerse en sus dichos contra la “mafia del poder” y, específicamente, contra ciertos personajes del más alto nivel económico del país, usualmente relacionados con Carlos Salinas de Gortari, como si éste fuera su santo protector o su ideólogo y gestor favorito.
El gobierno federal pretende desacreditar el informe del representante en México de las Naciones Unidas para asuntos de derechos humanos, en el que se confirma que hubo tortura contra detenidos en relación con la desaparición de 43 estudiantes en Iguala. El 3 de mayo de 2016, esta columna inició con el siguiente párrafo: “Diecisiete testigos claves en el armado de la hipótesis de la incineración de normalistas en Cocula sufrieron lesiones de diversa gravedad, indicativas de tortura, cuando ya estaban bajo custodia plena de las autoridades. En términos generales, los médicos de la Marina y de la Procuraduría General de la República (PGR), y los sicólogos de ésta, desatendieron las consecuencias de esas evidencias físicas y de señalamientos verbales de tortura por parte de los presuntos miembros del crimen organizado y de los policías de Iguala y Cocula a los que detuvieron como presuntas piezas centrales en el tejido de la versión ígnea coculense”.
La noche de este lunes se estrenó la versión escénica del libro Encabronados, que la Editorial Planeta publicó el año pasado. A partir de una serie de relatos de ficción (reconstrucciones, sin citar la fuente, de pláticas o hechos conocidos por el tecleador astillado), que fueron incluidos entre los capítulos de análisis y crónicas políticas del mencionado libro, los integrantes de Telón de Boca, un grupo de amantes del teatro que generosamente impulsan los proyectos que les parecen interesantes, se dieron a la tarea de ir montando la obra que estará en cartelera, en el remodelado foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, los lunes y martes (a las 8.30 de la noche) de lo que resta de mayo y en junio, hasta el 19 incluido.
La dirección de la versión escénica, realizada por Lenin Calderón, está a cargo de la prestigiada Marta Luna, figura muy reconocida en el ambiente teatral. En el elenco participan Roberto Sosa, Miriam Calderón, Javier Escobar, Ernesto Coronel y Alejandro Cuétara, con Nacho Tapia y Laura Preisser como asistentes, de dirección y de producción, respectivamente. El director del Helénico es Álvaro Hegewisch Díaz Infante.
La conducción del hilo teatral está a cargo de Roberto Sosa, en papel de un cholo, y con su voz y actuación se van planteando, al estilo de cabaret político seleccionado por la directora Marta Luna, datos e información sobre la descomposición que vive el país. Los diecinueve cuadros de relatos específicos abordan temas que van desde la tortura policiaca a un joven idealista hasta el llanto de una madre de desaparecidos o el revanchismo de alguien que pasó de ser un humillado limpiador de parabrisas automovilísticos a temido narcotraficante. A pesar de que sería legítimo el cobro de regalías, el autor de Encabronados no llevará ningún beneficio económico, e invita a los lectores de estas líneas a apoyar un esfuerzo de gran calidad teatral.
Miguel Torruco Márquez, propuesto por Andrés Manuel López Obrador para ser secretario de turismo si Morena gana la elección presidencial, advirtió ayer que pese al manejo optimista de datos de la actual administración federal sobre el ramo, México está perdiendo posicionamiento en las mediciones mundiales. “La potencialidad turística de un país no debe medirse con el ingreso de turistas internacionales, sino por las divisas captadas”, e incluso pronto se dará a conocer que México cayó del lugar 14 al 15 en captación de divisas por turismo, señaló el exsecretario de turismo de la Ciudad de México, según nota de Julio Reyna en La Jornada.
Las observaciones de Torruco Márquez tienen como telón de fondo la preocupación entre especialistas del lopezobradorismo, eventuales funcionarios públicos de primer nivel, respecto a las cifras alegres que los peñistas desean dejar instaladas en diversas áreas de la administración pública (no solo en Turismo) para luego, si Morena ganara el poder federal, “anunciar” taimada y mendazmente que los “logros” de este sexenio habrían sido perdidos a partir de la llegada de Morena a Palacio Nacional. Y, mientras el presidente del Instituto Nacional Electoral ha declarado que “no se puede buscar eliminar a los opositores”, ¡hasta mañana!