• AMLO, ¿ya inalcanzable?
• Di Bella: preposición insidiosa
• Empresarios cierran filas
Según los resultados de la encuesta publicada ayer en el diario Reforma, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha logrado ya que la mitad de los potenciales votantes se estén inclinando a su favor. Más del 50 por ciento de la intención de voto. Más que nunca. Lejos de los pronósticos iniciales que hablaban de una elección “de tercios”. Una inclinación mayoritaria a su favor, cuando falta un mes para la hora de las urnas.
Un ejercicio demoscópico que arroja tales datos indica de manera clara (sobre todo en la percepción pública, siempre moldeada por ese método incomprobable de las encuestas), que es sumamente difícil que en un curso natural de las elecciones presidenciales pueda haber un resultado que no favorezca al tabasqueño. Su más cercano contendiente, el panista Ricardo Anaya, tiene la mitad de la intención de voto que AMLO: 52 por ciento para este; 26 para el queretano. Peor está José Antonio Meade, postulado por el Partido Revolucionario Institucional, con tan solo el 19 por ciento de la intención del voto.
Otras encuestas muestran datos menos distantes entre los candidatos, pero siempre con una notable ventaja para López Obrador. De superar el 50 por ciento de la votación constitucional a su favor, Andrés Manuel sería un presidente de la República con una fuerza enorme, como en los peores momentos del más aplastante presidencialismo mexicano.
Porque también se estima que su personalísimo partido, Morena, conseguirá un buen número de las gubernaturas en juego y una mayoría en las cámaras legislativas, llevando en todos los casos (al gabinete, a los gobiernos estatales, al Senado, a la cámara de diputados y a congresos locales y presidencias municipales) a personajes de una textura política e ideológica variopinta, defectuosa y reprobable en muchos casos, hilados todos esos personajes turbios únicamente por la fidelidad a una figura caudillesca y al más prosaico de los pragmatismos.
Del lado priista, sin embargo, los estrategas de Meade parecen no conformarse e intentan golpes desesperados. Ayer, Julio di Bella, actual “coordinador de redes ciudadanas” de la campaña del candidato postulado por el PRI, quiso atribuir al diario La Jornada la elaboración o pertenencia de una encuesta de opinión en la que el cinco veces secretario de Estado estaría a seis puntos de distancia del abanderado de Morena e incluso, en un peculiar malabarismo solo explicado a base de retórica, “al ponderar las tendencias de los indecisos, se conformaría un empate técnico (entre AMLO y Meade) con 33.1 y 31.3 por ciento, respectivamente”. N’ombre, ¡unos genios!
En realidad, la información publicada como nota sin firma en la página 13 de La Jornada (https://goo.gl/7NVSws ), fue correctamente atribuida en dos ocasiones a su fuente: Pop Group, empresa que habría hecho tanto la mencionada encuesta como el retorcimiento adjunto de que Meade ya estaría en una especie de empate técnico, a punto de rebasar al delantero, pues “dos factores de los que se habla poco, pero que pesarán mucho en los resultados finales han comenzado a demostrar un crecimiento significativo: los electores indecisos y los votantes volátiles, que definirán al triunfador”.
Esa nota informativa (que días antes se había publicado en algún portal informativo adverso a López Obrador) fue abiertamente adjudicada por el mencionado Di Bella al diario que la publicó: “El único voto útil es el que está comprometido con un México mejor. Esa intención de voto es el que ya coloca a @JoseAMeadeK rumbo a la victoria refiere encuesta de La Jornada. El análisis lo explica con detalle”. Pero no fue una “encuesta de La Jornada”, sino una nota publicada en este periódico, mencionando dos veces la autoría adjudicada a Pop Group, que así hizo un extraño debut forzado en las pistas principales de las empresas encuestadoras. El uso tramposo de esa preposición (“de”, en lugar de “en”) no fue reconocido por el citado Di Bella, a pesar de que en Twitter se le hizo ver tal circunstancia.
Di Bella comenzó su carrera como funcionario partidista y gubernamental en asuntos de comunicación social de la mano de Marta Sahagún. Colaboró en las administraciones guanajuatense y federal de Vicente Fox y en la federal de Felipe Calderón y participó en campañas electorales de Josefina Vázquez Mota. Ahora forma parte de las transferencias del panismo a Meade.
Más allá de las formas utilizadas para difundir la “encuesta” de referencia, resulta peculiar la actividad de Pop Group, una empresa multitareas con sede en Huixquilucan, Estado de México. Siendo Twitter el medio por excelencia para la difusión de ideas, propuestas y trabajos relacionados con la política, la cuenta de esa firma tiene poco más de 600 seguidores y su tuit más reciente es de julio de 2014.
Y, según su página de internet, “Pop Group es una empresa con más de 20 años de experiencia desarrollando servicios de investigación de la opinión pública y de mercados, para el sector público y privado. A partir de abril de 2018 Pop Group ha tomado la decisión de participar como actor relevante en la generación de conocimiento a través de la realización y publicación abierta de estudios de opinión en materia electoral. Estos estudios no representan, ni están vinculados con los intereses de ningún instituto político”. Un par de meses, pues, haciendo “estudios de opinión en materia electoral”.
Y, mientras cierran filas las cámaras, confederaciones y agrupaciones patronales, empresariales y conexas, para defender a Alberto Bailleres y similares, dedicados a promover en cartas y pláticas un voto contra el “populismo” y a advertir de los “graves peligros” que conllevaría el que los mexicanos no tomen una “buena decisión” a la hora de elegir al próximo presidente de la República, ¡hasta mañana, mientras continúa la telenovela electoral, con locaciones en Reino Unido y una actriz veracruzana como villana a sacrificar, para bien de los hacendados Yunes!