El tema detonó en la Mañanera (como tantos más), luego que el presidente de la República puso al micrófono a un funcionario de la secretaría federal de protección y seguridad ciudadana que soltó nombres precisos: cuenta central, la de @tumbaburross, atribuida en los registros a Jeff Scott Szeszko, y cuentas accesorias las del exsecretario de educación pública del gobierno peñista, Aurelio Nuño, del coordinador de los diputados panistas, Juan Carlos Romero Hicks, y del hijo de Felipe Calderón y Margarita Zavala, llamado Luis Felipe Calderón Zavala.
La respuesta fue muy rápida. Calderón y Zavala salieron a defender a su hijo. El presidente advirtió que los resultados de las investigaciones en curso, sobre ese tema, serán dados a conocer públicamente, sin mayor consideración, y que quien no quisiera ver visiones (en otra versión de esa misma frase se usa “fantasmas” en lugar de visiones) no salga de noche. Romero Hicks negó aquello por lo cual lo habían acusado en la Mañanera y pidió tener una reunión con el presidente de la República.
El tema de la robotización de ataques en las redes sociales (con el tema del periodismo como objetivo) subió la temperatura de un horno político que parecía ya estar en niveles demasiado calientes. A partir del operativo militar que falló en el intento de detener a un hijo del Chapo han ido incrementándose los ataques cibernéticos, mediáticos y políticos entre los dos principales bandos en pugna. Los guiones desarrollados en las llamadas “redes sociales” promueven la incertidumbre y la desconfianza, factores importantes para continuar sembrando noticias falsas, exageraciones y difamaciones.